La rebaja de la tasa de alcoholemia triunfa en el Congreso y la propuesta de la DGT sigue adelante

Tras una votación igualada, la proposición no de ley del Grupo Parlamentario Socialista ha quedado aprobada.

resultado alcoholímetro

Imagen de archivo de un control de alcoholemia.

El Pleno del Congreso ha aprobado este jueves una proposición no de ley del Grupo Parlamentario Socialista para reducir el límite de la tasa máxima de alcohol permitida a todos los conductores de vehículos, motorizados y no motorizados, a 0,2 g/l en sangre y 0,1 mg/l en aire espirado.

La propuesta ha salido adelante con el apoyo de PSOE, PNV, Esquerra Republicana y Sumar, y con el voto en contra de VOX. En total, ha recibido 175 votos a favor, 33 en contra y 138 abstenciones del Partido Popular, informa Europa Press.

En la iniciativa los socialistas argumentan que el consumo de alcohol supone “uno de los principales factores de riesgo durante la conducción de vehículos” y advierten de que, aunque se han producido “enormes avances en la concienciación”, un 32,7% de los conductores fallecidos en 2023 presentaba una tasa de alcoholemia positiva, según el último informe del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, con datos de una muestra de 862 conductores.

La misma tasa para todos los conductores

“El alcohol afecta de manera importante a las capacidades psicofísicas y los comportamientos: tiempo de reacción, visión, percepción, coordinación, comisión de infracciones, aumento de las distracciones, la somnolencia y la fatiga, etc., aparte de disminuir gravemente la percepción del riesgo y alterar la toma de decisiones”, destaca el PSOE.

Asimismo, los socialistas sostienen que “las investigaciones dejan claro” que a partir de 0,3 g/l y, especialmente, hasta 0,5 g/l –tasas actuales en España– el riesgo de accidente se puede multiplicar por dos o incluso por tres. Por otra parte, el PSOE opina que una misma tasa para todos los conductores, independientemente del tipo o antigüedad de su permiso, “eliminaría los problemas de comunicación y confusión”.

Un alcoholímetro en un control policial.

Hace pocas semanas el ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska anunciaba que su departamento impulsaría una reforma legal para bajar la tasa de alcohol en sangre hasta 0,2 gramos por litro para todos los conductores y hasta 0,10 miligramos de aire espirado, al entender que la “sociedad española está madura” para aceptar este cambio y reducir más la siniestralidad en las carreteras.

Además, durante una jornada organizada por la DGT y la consultora PONS Mobility, para abordar los retos legislativos de la figura del derecho de repetición y su impacto sobre la seguridad vial, el director de la DGT, Pere Navarro, aseguraba que sólo han recibido “críticas” por no bajarla a 0,0 g/l, algo que descartó porque la Comisión Europea, en un informe de diciembre de 2022, “recomienda 0,2 g/l” ya que es “equivalente a tolerancia cero». “La idea que tenemos es que igual que para velocidad y los radares ponemos un margen de error, sería prudente poner ese margen”, dijo.

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