Desde hace un tiempo los SUV son los coches de moda. En Europa, triunfan los compactos y pequeños; en mercados como el estadounidense, son los grandes los que llevan la voz cantante. Sn embargo, sin importar el tamaño, todos tienen algo en común: son más peligrosos para los peatones que los modelos que no son todocaminos.
Po su formato, con un frontal más elevado y, en la mayoría de casos, plano, sumado al mayor peso que se presentan, tanto los SUV como los pick-ups tienen mayores posibilidades de causar la muerte a un peatón en caso de atropello.
Es algo que ha puesto sobre la mesa el último estudio del Instituto de Seguros para la Seguridad en las Carreteras (IIHS) de Estados Unidos. En este, tras analizar casi 18.000 accidentes, se ha concluido que los modelos con un capó de más de un metro de alto y con una inclinación vertical de 65 grados o menos, tienen un 45% más de probabilidades de causar muertes.
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Solventar este problema es algo importante para todas las marcas, pero sobre todo para aquellas que tiene una gran cantidad de modelos de estas características en sus gamas. Uno de ellos es Ford, que en Europa vende vehículos como el Ford Ranger o el Explorer, pero que en Estados Unidos tiene en el F-150, todavía más grande, un auténtico superventas.
Es por eso que de manera regular busca soluciones para este inconveniente, que salen a la luz por las solicitudes de patentes que registra la marca del óvalo.
La solución de Ford
La última que ha aparecido en la oficina de patentes estadounidense es, sobre el papel, una idea sencilla: instalar airbags externos en el paragolpes delantero, que ayuden a acomodar al la víctima del atropello y ha reducir la fuerza del impacto.
Según se puede ver en los esquemas, tras el paragolpes convencional se instalaría dos bolsas de aire que, al detectar el impacto inminente se desplegarían, una desde la parte superior y otra desde la inferior, formando una superficie blanda que además de reducir la fuerza del choque, tendrían una forma que rebajaría las posibilidades de sufrir una rotura de piernas.
No solo eso, el airbag inferior también ayudaría a evitar que la víctima acabara debajo del coche, con lo que también se libraría de ser arrollada por el vehículo.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.