No es la primera vez que Liberty Walk toca un Ferrari 458 (aunque en la ocasión anterior fue un Spider), y nos da en la nariz que no será el último modelo de Maranello al que le echará el guante.
El preparador no es de los que dejan indiferente a nadie, con un estilo muy personal y vistoso que apuesta por los kits de ensanche sobredimensionados, la tornillería vista y los alerones contundentes. Dichos rasgos estaban presentes en su Spider, pero aumentan uno o dos niveles en su nuevo 458 Italia.
La silueta atlética del deportivo italiano sigue ahí, pero se ha visto embrutecida de sobremanera. Los pasos de rueda son enormes, ensanchan la carrocería y se alargan hacia abajo para cubrir las nuevas ruedas, unas PUR LG8 que tienen 20 pulgadas de diámetro y un ancho de nueve y 12 respectivamente en el eje delantero y el trasero.
También se ha trabajado con los bajos, añadiendo y spoiler inferior delantero, faldones laterales y un difusor más llamativo que, eso sí, respeta la característica salida de escape central triple. El quid de la cuestión es que se ha rebajado tanto la carrocería que está prácticamente a ras de suelo y, dado que no se menciona el añadido de suspensión hidráulica, es ligeramente complicado que pueda circular con normalidad.
La guinda al pastel la pone el alerón de cola de pato hecho de fibra de carbono que ocupa toda la zaga y une ambos pilotos, remarcando todavía más el estilo ‘japo’ del trabajo.
Aquí podéis ver otra preparación de Liberty Walk, un Dodge Challenger.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.