Entre lo que más inquieta a los españoles en relación con la movilidad, está la posibilidad de no poder moverse. Así lo buscan en internet, y esto encuentran y comentan en las redes sociales: restricciones a la circulación (presentes y futuras) y un encarecimiento constante de los combustibles, ahora en aparente calma.
Es lo que concluye el primer gran informe elaborado en España sobre el asunto, basado en las incertidumbres y curiosidades de más de 9,5 millones de personas.
Rastreadas durante dos años por la agencia de asuntos públicos y comunicación BeConfluence, entre sus búsquedas e interacciones asoman también las dudas sobre qué tipo de coche comprar y la inquietud por lo que ocurrirá con sus viejos vehículos en los próximos años.
No hay apenas rastro, sin embargo, de interés en la sostenibilidad. Existe un porcentaje de ciudadanos que preguntan sobre ello, dicen los autores del informe, pero apenas reseñable. “Es más pequeño de lo que cabría imaginar, pese a la masiva presencia de este concepto en el debate lanzado desde instituciones, empresas interesadas y medios de comunicación”, refleja el documento.
Tampoco interesa si el transporte público es o no respetuoso con el medio ambiente, sino más o menos económico o fiable.
Desinterés por la movilidad alternativa
“Se imponen las preocupaciones del día a día de ciudadanos y empresas, lejos de temas de debate de la agenda oficial: preocupación por los precios de los carburantes, las restricciones de movilidad a los coches en las ciudades y las sanciones administrativas o qué ocurrirá con los vehículos con muchos años”, resume la directora general de BeConfluence, Rosa Gómez-Acebo.
El interés en la movilidad alternativa también es reducido. Solo el 9,9% de las personas rastreadas ha mostrado interés las bicicletas o los patinetes eléctricos. Y, principalmente, para destacar la falta de infraestructura en las ciudades, las multas, los accidentes o la falta de políticas adecuadas para los ciclistas.
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En este sentido, en la mesa redonda de presentación del estudio, la directora general de la Fundación Línea Directa, Mar Garre, señaló una de las claves de la proliferación de los patinetes eléctricos y similares. “Las nuevas formas de movilidad urbana son ya una realidad en nuestras ciudades y aportan un gran número de ventajas, como la flexibilidad o la sostenibilidad. Pero si no tomamos conciencia de los riesgos, la evolución de la accidentalidad puede ser negativa”, analizó.
La web de la DGT
También llama la atención el descrédito de las instituciones, en opinión de los autores del informe. Según su análisis, el uso de las webs oficiales como fuente de información es casi anecdótico. Esto refleja la “desconfianza, crisis de credibilidad y reputación, o simple intrascendencia, de la Administración del Estado”, reseña el informe.
Solo 166.580 personas en los últimos dos años (el 1,75% de las rastreadas) han realizado consultas o búsquedas en la web del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, el máximo órgano administrativo regulador. Y de estas búsquedas, el 63,3% se hizo para “poner quejas, reprochar el abandono a sectores productivos o para intentar comunicarse”.
Los datos sobre la Dirección General de Tráfico (DGT) también ratifican el llamativo desinterés por usar los organismos públicos como fuente de información. Solo 62.180 personas y empresas han consultado la web de Tráfico en dos años para asuntos relacionados con la movilidad (0,65%).
Los asuntos más buscados son los radares en las carreteras (39%), las normas para los patinetes eléctricos (19,7%) o las etiquetas de la DGT para circular (16,7%).
“Las restricciones al automóvil, el pago por uso y las nuevas formas de movilidad exigirán a las Administraciones una estrategia muy bien definida y la redacción de un marco normativo claro y homogéneo, así como un esfuerzo extraordinario para hacer llegar estos cambios con una comunicación eficaz”, considera Ramón Ledesma, consejero asesor de PONS Mobility.
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Periodista especializado en seguridad vial. Editor y redactor de El Motor desde 2016. Empezó a escribir de fútbol en 1998 en Diario 16 y ha trabajado en varios proyectos de Prisa Media desde 2000. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra, es autor de ‘Aquí no se rinde ni Dios’ (2020).