Localizado el motorista antirradares que actuaba entre Pamplona y Burlada

El piloto de un ciclomotor repitió la acción varias veces en la vía que une la capital navarra con la población vecina, según la policía local.

ciclomotor radar

Foto: Ayuntamiento de Pamplona

La Policía Municipal de Pamplona buscaba desde hace días un ciclomotor rojo con una mano en la matrícula. Lo encontró finalmente por insistencia, la propia de los agentes y la del piloto, que “día sí y día también”, según informa Diario de Navarra, descendía la Cuesta de Beloso de Pamplona a gran velocidad y ocultando siempre la placa de la moto. 

Ese tramo de vía une la capital navarra con la cercana Burlada, separadas ambas solo por una pronunciada pendiente en la que a menudo se exceden los límites. 

La Cuesta de Beloso es uno de los puntos que más vigila la policía local por los habituales excesos de velocidad que se registran. Tanto con radares móviles y como con una cabina fija, estrenada en 2021 y cuyo dispositivo es capaz de controlar vehículos de hasta seis carriles. 

En las últimas fotos registradas aparecía a menudo el mismo ciclomotor. Y a bordo, un piloto haciendo un difícil escorzo para tapar la matrícula. Los esfuerzos le han resultado inútiles. «Va tanto va el cántaro a la fuente que se acaba rompiendo», anunció la Policía Municipal pamplonesa en sus redes sociales. 

Los agentes lograron finalmente identificar al conductor del vehículo, que no solo se enfrenta a las multas acumuladas por los repetidos excesos de velocidad.

Una multa de hasta 20.000 euros

Podría considerarse, por ejemplo, que incumple la “obligación de verificar que las placas de matrícula del vehículo no presentan obstáculos que impidan o dificulten su lectura”. Esto supondría una infracción grave de la ley de tráfico, castigada con 200 euros de multa.

Y, con una interpretación más estricta de la norma, no resulta complicado apreciar en su acción una infracción muy grave por “interferir en el correcto funcionamiento de los sistemas de vigilancia del tráfico”.

En este caso, el castigo es mucho mayor, ya que se equipara a la instalación de inhibidores de radares. Por un lado, supone la retirada de seis puntos de retirada en el carnet de conducir; por otro, la multa establecida por la ley es de entre 3.000 y 20.000 euros.

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