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Carruajes fúnebres de caballos
De todos es sabido que un coche fúnebre es el vehículo utilizado para transportar un ataúd con los restos mortales de una persona que ha fallecido recientemente. Y suele reconocerse fácilmente por su chasis alargado tipo familiar.
Los primeros vehículos funerarios estaban tirados por caballos y se utilizaron en Inglaterra en el siglo XVI. Se tiene registro de los primeros coches fúnebres motorizados de mayo del año 1907 (según la revista Scientific American). Sin embargo, no fue hasta 1920 cuando se popularizaron lo suficiente como para sustituir a los tradicionales carros de caballos.
Hoy en día, está claro que el coche fúnebre por excelencia es el Mercedes. Y es que la marca se ha convertido desde hace ya varias décadas en un símbolo de estatus para los vivos y… para los muertos.
Y aunque la marca alemana, y en concreto su Clase E, es actualmente la más usada en este último trayecto, también otros modelos se han modificado para poder albergar un ataúd.