Enrique IV pronunció la famosa frase “París bien vale una misa” y siglos después, miles de madridistas, antes del duelo de semifinales contra el Manchester City, la cambiarán por “París bien vale una final de Champions”. El equipo blanco consiguió su objetivo y muchos seguidores tendrán que viajar a la capital francesa para asistir al partido.
La forma simple de viajar a París desde Madrid es en avión, también obviamente la más rápida. Por ejemplo, alguien que viva en el centro de la capital española, va a emplear media hora en llegar al aeropuerto, además de otras dos horas y media previas el vuelo dentro de sus instalaciones.
Más información
Después, dos horas y media de vuelo, sobre una hora en abandonar el aeropuerto de destino y otra en transporte público hasta el centro de la Ciudad de la Luz. Total unas 7,5 horas de viaje. ¿Cuánto se emplea viajando en coche?
En coche a la final de Champions
Una gran ventaja de viajar en automóvil a cualquier destino es la libertad y flexibilidad de horarios que permite. Por lo que se puede planificar el recorrido seleccionando las horas con menor densidad de tráfico.
La ruta más rápida que une Madrid con París es por Irún. Saliendo de la capital española se toma la Autovía A-1 en dirección a Burgos. Desde ahí, por la AP-1 en dirección a Vitoria-Gasteiz / Francia. Sin abandonar esta vía se continúa hasta Irún para cruzar el paso fronterizo que conecta con Francia.
Una vez en tierras galas, se toma la Autovía A-63 en dirección Burdeos. Al bordear la ciudad francesa hay que conducir por la A-10 hacia Poitiers. Siempre siguiendo las indicaciones de París. La siguiente ciudad será Orleans y por último, París. En este viaje se emplearán, a velocidades legales, 12 horas 25 minutos para recorrer los 1.265 kilómetros que separan ambas capitales. Sin contar en este tiempo, claro está, las paradas necesarias y obligadas para descansar y repostar.
Gastos de viaje: peajes y combustible
El trayecto en automóvil conlleva una serie de gastos. Los principales son los peajes y carburantes. La parte positiva es que un viaje de este tipo para asistir a una final de Champions suele hacerse acompañado, por lo que los costes habrá que repartirlos entre los distintos pasajeros.
Para llegar a París desde Madrid hay que atravesar 10 peajes:
- Zarautz: 15,20 euros
- Zarautz Este: 2,55 euros
- Behobia: 2,85 euros
- Biriatou: 1,80 euros
- La Négresse: 2,60 euros
- Bénesse-Maremme: 3,90 euros
- Castets: 3,90 euros
- Saugnacq et Muret: 3,90 euros
- Sorigny: 33,10 euros
- Saint-Arnoult: 24,10 euros
El coste total es de 93,90 euros.
Para hacer un cálculo respecto al combustible hay que tener en cuenta que de los 1.265 kilómetros que separan las dos ciudades, 1.242 kilómetros serán por autovías/autopistas y 23 kilómetros por otras vías. Si se toma como referencia un SUV compacto como el Seat Arona con motor de gasolina 1.5 TSI de 150 CV, el coste del carburante, a precio de hoy, será de 241,76 euros.
Si se realiza el cálculo con un motor diésel, tomando como referencia el mismo Arona 1.6 TDI de 115 CV, el precio se iría hasta los 173,57 euros.
Rutas alternativas
Para ahorrar algo de dinero en el trayecto se pueden prescindir de algunos peajes, incluso de todos, pero tanto los kilómetros totales, como el tiempo de conducción se verán incrementados.
Para llegar a París desde Madrid sin tener que pagar peajes hay una opción. Se sale de Madrid por la Autovía A-2 hasta Zaragoza, desde la capital aragonesa se conduce hasta Huesca, de ahí se cruza la frontera hasta Pau. La siguiente ciudad es Périgueux, a continuación, Limoges, Chateauroux, Orleans y, por último, París.
La distancia son 1.282 kilómetros. 611 kilómetros por autopistas y 671 por otras vías y el coste de combustible en el Seat Arona de gasolina sería de 242,71 euros. En el motor diésel, el gasto se quedaría en 173,38 euros.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, Twitter o Instagram
Entusiasta del motor en toda su magnitud, preferiblemente los V12. Le dijeron que cuatro ruedas eran mejor que dos, por eso se compró otra moto. Claro que también le apasiona cuando van las cuatro juntas. Ha trabajado como creativo publicitario para muchas marcas de coches y motos e hizo la mili en esto de juntar letras en la editorial Luike.