Las marcas venden menos coches… pero ganan más que nunca

Es el resultado del análisis realizado por una consultoría sobre las 16 mayores empresas del sector durante el primer trimestre de 2022.

coche eléctrico segunda mano
Una campa con centenares de vehículos sin matricular.

La descripción de tormenta perfecta para la coyuntura económica mundial ha adquirido la categoría de certeza en los últimos tiempos. Tampoco el sector de la automoción es ajeno, claro está, a las incertidumbres generalizadas que golpean a sus empresas desde hace ya demasiado, desde la pandemia a la invasión de Ucrania pasando por la crisis de los semiconductores, la subida del precio de las materias primas o las alteraciones en la cadena de suministros.

Se venden menos coches de los deseables en todos los mercados… aunque sus fabricantes ganan más dinero que nunca. Al menos es la conclusión del análisis realizado por Ernest & Young (EY) sobre la actividad de las 16 mayores empresas automovilísticas del mundo durante el primer trimestre del presente año.

En total obtuvieron un beneficio operativo de 34.100 millones de euros, un 19% más que en el mismo periodo del año anterior y, además, el mayor jamás logrado durante los tres meses iniciales del ejercicio.

Xavi Farré, socio responsable de automoción y transporte de EY, explica este fenómeno: “Las ventas de coches de gama alta y el incremento de los márgenes se debe, en parte, a la escasez de chips porque los semiconductores raros se instalan principalmente en automóviles nuevos grandes y caros; al mismo tiempo, los fabricantes apenas tienen que hacer reducciones de precios, ya que la demanda es mayor que la oferta”.

Farré pone el foco, por tanto, en los fabricantes que ofrecen productos destinados a los segmentos superiores del mercado: “Los coches nuevos de precio alto se están vendiendo bien y los proveedores premium actualmente están logrando márgenes importantes”. En todo caso, tampoco resta trascendencia a la problemática a la que se enfrenta la industria: “Las cifras básicas para el primer trimestre son sobresalientes, pero la situación real en la industria automovilística es extremadamente tensa”.

Los datos esenciales

El análisis de EY refleja una caída general de las matriculaciones entre enero y marzo del 11%, aunque la facturación se incrementó el 7% en ese periodo. Los países que más sufrieron la contracción de las ventas fueron China (17%), Estados Unidos (16%) y los situados en Europa Occidental (12%).

La marca con mejor resultado de ventas fue Volkswagen, que facturó 62.700 millones de euros, superando por poco a Toyota (62.200 millones). En cuanto a beneficios durante el primer trimestre es de nuevo Volkswagen la mejor posicionada (8.300 millones de euros), precediendo a Mercedes-Benz (5.200 millones) y Toyota (3.600 millones).

Las cifras financieras del sector también permiten conocer los márgenes de ganancia del sector, liderados por Tesla con un 19,2% por delante de Mercedes (15%), Volkswagen (13,3%) y BMW (10,9%).

La otra cara de la moneda

Entre las 16 empresas evaluadas también existen algunas que han visto rentabilidades inferiores a las anteriores. El margen de Toyota pasó del 9% del primero trimestre de 2021 al 5,7% de este año, al igual que el de Ford al retroceder del 8,5% al 5,2%. De hecho, la mitad de las compañías del sector cerraron el trimestre con márgenes inferiores al 6%.

Otro aspecto destacable en este contexto es que los fabricantes obtienen mayores beneficios en los nuevos automóviles eléctricos. El lanzamiento de modelos sin emisiones de segmentos altos es constante y resultan tan atractivos para determinados clientes que su demanda sigue siendo alta, lo que beneficia a las cuentas de resultados de las marcas que los ofrecen.

Y aunque la coyuntura poco propicia no debería afectar especialmente al segmento premium, desde EY no dejan de ocultar que las expectativas para la industria del motor resultan preocupantes, como detalla Peter Fuss, socio asesor senior de automoción de la consultora: “Las perspectivas económicas actualmente son cualquier cosa menos optimista. El aumento de la inflación está reduciendo el poder adquisitivo, y existe una gran incertidumbre sobre la evolución futura, por ejemplo, en el suministro de energía. Por lo tanto, los fabricantes de automóviles deben prepararse para tiempos tormentosos”.

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