Maserati ha sido uno de los últimos fabricantes en abrir su gama a la electrificación, pero ya lo ha hecho y ha optado, como muchos otros, por emplear la tecnología de hibridación ligera. La marca italiana ha decidido montar el sistema sobre el Ghibli, que desde su lanzamiento en 2013 acumula más de 100.000 unidades comercializadas.
Esta variante combina un motor de gasolina 2.0 turbo tetracilíndrico con una caja de cambios automática ZF de ocho velocidades, un sistema eléctrico de 48 voltios y un sobrealimentador eléctrico denominado e-Booster, que recibe la energía de una batería situada en la zaga, lo que optimiza la distribución de pesos.
Más información
Gracias a ello el Maserati Ghibli Hybrid desarrolla una potencia de 330 CV y un par máximo de 450 Nm, lo que le sirve para acelerar de 0 a 100 km/h en 5,7 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 255 km/h. La presencia del sistema eléctrico, que recupera energía en las frenadas y asiste al bloque de combustión a bajas revoluciones, ayuda a contener tanto el consumo (que oscila entre 8,5 y 9,6 l/100 km), como las emisiones de CO2 (entre 192 y 216 g/km).
Su imagen no dista mucho de los Maserati Ghibli comercializados hasta ahora, pero Maserati ha optado por el azul como color distintivo y representante de su naturaleza electrificada. Este tono está presente en las branquias, las salidas de aire, las pinzas de freno y el logo del tridente; también aparece en el interior, dando forma a las costuras de los asientos.
En cuanto a conectividad, en el Maserati Ghibli microhíbrido debuta el programa Maserati Connect, que conecta al vehículo de manera permanente. Además, el sistema de infoentretenimiento Maserati Intelligent Assistant cuenta con una pantalla que crece de las 8,4 a las 10,1 pulgadas.
Este es sólo el primer paso en la electrificación de la marca, que ya ha confirmado que en 2021 tanto los GranTurismo como los GranCabrio recibirán variantes 100% eléctricas.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, X o Instagram