La movilidad es hoy más diversa de lo que lo ha sido en toda la historia. El mundo del automóvil ha avanzado a pasos agigantados en lo que a tecnología se refiere y, actualmente, un conductor tiene a su disposición un amplio abanico de opciones de propulsión. Cada uno tiene sus ventajas y algunos inconvenientes, pero la clave para decidirse por un vehículo está en que se adapte a cada necesidad concreta del cliente y a la región en la que viva.
De este modo, la electrificación lleva la voz cantante en los últimos tiempos, sobre todo por el acceso que ofrece a las etiquetas más beneficiosas de la Dirección General de Tráfico (DGT), pero no por ello hay que descartar otras opciones tradicionales, como los motores térmicos, que también tienen sus puntos fuertes.
El planteamiento que Mazda defiende con su gama de productos, es una propuesta multisolución capaz de satisfacer las necesidades y exigencias de la mayor parte de los usuarios allí donde residan, sin dejar de lado el salto hacia la electrificación, pero dando la importancia que merecen los motores de combustión.
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La complicada transición hacia la electrificación completa requiere de flexibilidad y adaptación, justo lo que ofrece la marca japonesa con su variada oferta. Actualmente el 94% de los coches vendidos por Mazda son electrificados, mientras que esta cuota en el mercado español es del 42%.
Motores de gasolina
Los motores de gasolina son los más sencillos del mercado, lo que se traduce en coches más baratos, además de ofrecer un adecuado equilibrio entre las sensaciones de conducción que ofrecen y el consumo.
Es una tipología de motor versátil que ofrece un buen rendimiento en automóviles de todo tipo de segmentos, como, por ejemplo, los Mazda CX-30 o Mazda3. Además, se trata del tipo de mecánica predilecta de los coches deportivos, como es el caso del Mazda MX-5.
Hace años que Mazda lleva desarrollando motores de gasolina de gran cilindrada comparada con la oferta del resto de fabricantes, todos ellos atmosféricos y con una alta relación de compresión, que los hace muy eficientes en gasto de combustible y termodinámicamente.
Estos son los motores que Mazda denomina Skyactiv-G. Mazda le ha dado un giro de tuerca a esta tecnología con el desarrollo de su motor Skyactiv-X. Este emplea un sofisticado encendido por compresión controlado por chispa (SPCCI), que optimiza el funcionamiento del propulsor, manteniendo su rendimiento, pero rebajando todavía más el gasto de combustible y las emisiones de CO2.
Motores diésel
Los motores de gasóleo son la opción más indicada para un tipo de vehículo concreto y para un tipo de conductor.
Son los automóviles grandes, sobre todo SUV, los que más partido obtienen de esta propuesta, ya que estos motores disfrutan de un par considerable y mueven con facilidad su peso. Además, ofrecen unos consumos muy bajos, lo que los hace ideales para estos coches de grandes dimensiones y masa. Muy especialmente para aquellos conductores que acostumbren a acumular muchos kilómetros a lo largo del año.
Dentro de la gama de Mazda, el CX-5 es el único que ofrece un motor diésel sin electrificar, que se ciñe a la perfección a las cualidades mencionadas para este tipo de mecánicas. Al igual que el novedoso y eficiente motor diesel de 6 cilindros en línea y con hibridación ligera del Mazda CX-60.
Tecnología microhíbrida
El primer paso de la electrificación pasa por la microhibridación en la que, tomando como base un motor térmico, se integra un sistema eléctrico de, por lo general, 24 voltios o 48 voltios, y un pequeño motor eléctrico que asiste en momentos muy puntuales al vehículo, como es el arranque y las aceleraciones.
Consigue rebajar ligeramente tanto el consumo como las emisiones y permite acceder a la etiqueta ECO de la DGT sin un sobrecoste elevado. Además, es compatible tanto con motores gasolina como con los diésel, lo que supone otro punto a favor importante.
La innovadora tecnología microhíbrida conocida como Mazda M Hybrid de la marca Mazda se encuentra integrada en la mayoría de los motores de gasolina y diésel que conforman la actual gama de vehículos de Mazda.
Estos bloques son identificados con las denominaciones e-Skyactiv G, e-Skyactiv D y e-Skyactiv X. Es un tipo de mecánica cada vez más extendida, desde en modelos pequeños como el Mazda2, a los de grandes dimensiones como el Mazda CX-60, pasando por los Mazda3, Mazda CX-30 y Mazda CX-5.
Híbridos autorrecargables
Estos automóviles representan los híbridos originales, fusionando un motor de combustión interna con un motor eléctrico de ciertas prestaciones. A pesar de que el motor eléctrico es compacto, le permite impulsar el vehículo durante maniobras, circular a velocidades moderadas en modo completamente eléctrico o incluso dar apoyo al motor de combustión, todo ello de una manera muy eficiente.
Otra característica destacada es que no necesitan conectarse a ninguna estación de carga, ya que se autorrecargan automáticamente en frenadas regenerativas durante la conducción y por la energía del combustible.
Dentro de la gama de la marca japonesa, la versión que ofrece este tipo de mecánica es el recientemente renovado Mazda2 Hybrid, que gracias a ella disfruta de una excelente relación entre su rendimiento y los consumos más ajustados, especialmente en el entorno urbano.
Híbridos enchufables
Los coches híbridos enchufables (PHEV por sus siglas en inglés) son el eslabón que une a los modelos de combustión y a los de cero emisiones. Su sistema eléctrico tiene un mayor rendimiento que el de un autorrecargable, empleando un motor eléctrico más potente y, sobre todo, una batería de mayor capacidad, lo que les permite circular durante largas distancias en modo eléctrico (más de 40 kilómetros, lo mínimo para conseguir la etiqueta CERO) y registrar consumos y emisiones realmente bajos.
Dentro de la gama de Mazda, el CX-60 está disponible con esta mecánica. Sin embargo, como es norma en la marca, ha ido un paso más allá para dar un nuevo enfoque al concepto, que se ha plasmado en el MX-30 e-Skyactiv R-EV, que emplea una tecnología única con motor rotativo como generador eléctrico.
Esta innovadora propuesta en la industria adopta un enfoque novedoso al emplear un motor rotativo para la generación de energía eléctrica. En este caso, el motor rotativo no tiene la función de impulsar directamente las ruedas del vehículo, sino que su único propósito es hacer girar un generador, el cual, a su vez, se encarga de recargar la batería del vehículo cuando esta disminuye por debajo de ciertos niveles. Una de las mayores características de este modelo con tecnología PHEV es que siempre es propulsado a través de su motor eléctrico.
De esta manera, une las ventajas de varias tecnologías: la respuesta inmediata y la suavidad de conducción de un coche eléctrico, la etiqueta CERO propia de un PHEV (tiene una autonomía eléctrica de 85 kilómetros) y el rango de acción habitual en un modelo térmico, puede tener una autonomía combinada de hasta 680 kilómetros.
100% eléctricos
Los coches eléctricos de baterías son el futuro de la automoción, pues emplean mecánicas de cero emisiones que no contaminan mientras circulan y que no generan ruido de ningún tipo. Es una tecnología relativamente reciente que todavía está en desarrollo, pero que ya se postula con una opción interesante para el día a día, sobre todo si se el conductor hace principalmente un uso urbano del automóvil.
El Mazda MX-30 es una propuesta particular en el mercado, puesto que opta por montar una batería de tamaño comedido (35,5 kWh de capacidad) que no lastra su eficiencia con peso innecesario y ofrece una autonomía de 200 kilómetros, que se amplía hasta los 265 en conducción exclusiva por ciudad.
Son cifras más que suficientes para un gran número de usuarios y en la circulación urbana, sin olvidar que supone que el MX-30 puede disfrutar de un valioso equilibrio entre peso, consumo energético y precio.
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