Los airbags son obligatorios en todos los coches y su función es la de reducir las lesiones ante un accidente de tráfico. Existen ya de diversos tipos, desde las clásicas bolsas de aire frontales hasta las laterales, pasando por las que se colocan para proteger las piernas y las rodillas o incluso a los peatones.
Ahora, The Wall Street Journal ha avisado de que el uso de airbags falsificados en algunos vehículos ya habría causado hasta cinco muertes en Estados Unidos. Uno de los casos es el de Destiny Byassee, que falleció tras chocar a una velocidad de 46 km/h.
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Byassee conducía un Chevrolet Malibu de segunda mano que incorporaba un airbag falsificado. Al colisionar, el dispositivo explotó violentamente, provocándole lesiones mortales. Las autoridades han confirmado que, de no ser por esta bolsa de aire fraudulenta, la joven debería haber salido viva del accidente.
Airbags falsificados casi indetectables
El Consejo Antifalsificación Automotriz (Automotive Anti-Counterfeiting Council, A2C2) ha alertado de esta práctica que afecta a innumerables modelos de coches en Estados Unidos, por el momento. Las falsificaciones de airbags son, además, difíciles de detectar ya que los estafadores utilizan las placas frontales originales para camuflar las bolsas de aire falsas que venden en plataformas como eBay. De hecho, la A2C2 lleva años pidiendo que se prohíba la venta de airbags en eBay para reducir los riesgos de que se cuelen falsificaciones en el catálogo.
Este problema empieza en el mercado de segunda mano. Los airbags necesitan sustituirse cada cierto tiempo o después de saltar en un accidente. Muchos propietarios y concesionarios, ante los altos precios, buscan en internet las opciones más baratas. Un único airbag cuesta en torno a los 350 euros y la sustitución completa, cerca de 650 euros.
Los compradores apuestan por los airbags más baratos para ahorrar dinero, sin saber que están comprando un dispositivo fraudulento. Si, después, estos vehículos se venden en el mercado de segunda mano, el nuevo propietario es totalmente ignorante del peligro que se esconde bajo el salpicadero de su nuevo coche, que puede resultar mortal.
No obstante, el problema también se extiende a los concesionarios y empresas de reparación de vehículos. The Wall Street Journal habla de la creciente preocupación sobre la llegada de airbags fraudulentos a Estados Unidos que se utilizan en las reparaciones posteriores a un accidente. En este país, varios fabricantes de automóviles ya están advirtiendo del riesgo y piden que se realicen campañas de retirada de vehículos cuando haya dudas de la veracidad de los airbags.
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