Peugeot también trabaja intensamente en el coche autónomo: en el Salón de Ginebra presentará el Peugeot Instinct Concept, un prototipo de vehículo autónomo con un motor híbrido de 300 CV (es el único detalle técnico que ha ofrecido la marca por ahora) en el que la Internet de las cosas toma un protagonismo casi absoluto. Un automóvil más que nunca al servicio del conductor, que aprende de él y se adapta a las circunstancias.
Más allá de lo espectacular del diseño, lo fundamental se encuentra dentro del Peugeot Instinct Concept: el modelo incluye cuatro modos de desplazamiento, dos de conducción (Drive Boost y Drive Relax) y dos autónomos (Autonomous Sharp y Autonomous Soft). No obstante, el conductor, si lo desea, siempre tiene la última palabra. Incluso en los modos autónomos puede ejecutar maniobras desde el i-Device, integrado en la pantalla principal. Como es de esperar en un prototipo de este corte, en el salpicadero no hay botones a la vista.
La clave, en todo caso, es la conectividad total (habrá quien piense que excesiva). El coche se sincroniza con los dispositivos del conductor (smartphone, reloj, domótica…) para estar al tanto de todo lo que pase y modificar su comportamiento en consecuencia. Peugeot lo ilustra con algunos ejemplos:
Lunes, 7.45. Salimos de casa quince minutos antes que de costumbre para acudir a nuestra cita de las 8.30. Teniendo en cuenta el tráfico y el tiempo, nuestra agenda y el navegador del coche se han sincronizado y proponen salir 15 minutos antes para poder llegar a tiempo. Al entrar en el coche, el sistema de Alta Fidelidad FOCAL emite la canción que estábamos escuchando en el salón. Al arrancar el motor, se cierra la puerta de la casa.
Martes, 21.00. Después de una sesión de deporte, estamos agotados. Tras recibir la pertinente información desde nuestro reloj inteligente, Peugeot Instinct Concept se pone automáticamente en modo Autonomous Soft. De este modo, podremos descansar durante el trayecto de vuelta. Cuando ya estamos cerca de casa, el sistema de iluminación exterior se activa para alumbrar la plaza de aparcamiento.
Jueves, 8.00. Como ayer realizamos poca actividad física, el coche nos anima a caminar, aparcando a diez minutos a pie de la oficina.
En cuanto a la estética, las líneas futuristas del modelo no impiden pensar, nada más verlo, que se trata de un Peugeot. En su diseño agresivo se impone a los ojos el frontal, con unos grupos ópticos afiladísimos y una gigantesca parrilla en el mismo color que la carrocería, abrazada por los líneas diagonales luminosas (las luces diurnas).
Del perfil llaman la atención unos enormes pasos de rueda, un nervio que recorre el lateral entero y una gran zona acristalada sin pilares entre las ventanillas. El techo también es mayoritariamente acristalado.
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Periodista especializado en seguridad vial. Editor y redactor de El Motor desde 2016. Empezó a escribir de fútbol en 1998 en Diario 16 y ha trabajado en varios proyectos de Prisa Media desde 2000. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra, es autor de ‘Aquí no se rinde ni Dios’ (2020).