Pintar el coche puede tener un precio muy diferente según en qué instalación se haga y en qué provincia se tenga la residencia. Además, si se cambia el color, no muchos saben que hay que comunicarlo a la DGT y en otras instancias. Si el coche suma ya unos años, es muy probable que tenga arañazos, golpes o que incluso el color se vea afectado por el sol o por el ambiente donde se resida.
Lo más lógico, siempre que se tenga una póliza a todo riesgo, es pensar en dar un parte al seguro, pero suele ocurrir que el perito solo aceptará la pintura de la pieza o piezas más afectadas. Ya sea por rayones, por decoloración o incluso por un accidente.
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Cuánto cuesta pintar un coche en España
La pregunta del millón: ¿cuánto se paga por pintar la carrocería? No resulta nada fácil responderla, ya que intervienen multitud de parámetros que influirán en el precio final. Para empezar, una obviedad: el lugar de residencia. No es lo mismo, y resultará bastante más cara la operación, vivir en Madrid o Barcelona, que en un pueblo pequeño de cualquier provincia.
La cifra varía enormemente de unas ciudades a otras, y oscila entre poco más de 700 euros y hasta los casi 2.000. La tarifa media en España se sitúa entre 1.300 y 1.400 euros para pintar un coche entero.
Pero estos precios pueden variar mucho, ya que, por ejemplo, no es lo mismo pintar el coche en un concesionario oficial de la marca que en un taller independiente, donde, a priori, será más económico.
También influye en el presupuesto el tipo de pintura que se vaya a utilizar, porque no es lo mismo una metalizada (más cara) que una normal. También influyen el tipo de proceso de pintado (si es en cabina o a mano) y el tamaño del vehículo. No se tarda lo mismo en un urbano que en un SUV grande ni, obviamente, se utiliza la misma cantidad de pintura.
No solo pintar
Por otra parte, antes de pintar el coche hay un proceso previo y más complejo que el propio pintado: reparación o lijado de las partes dañadas, desmontaje de algunas piezas o paneles (si se pinta por zonas) y protección de las zonas que no requieren pintura (con la llamada cinta de carrocero, de donde procede su nombre). Estas operaciones, requieren su tiempo, influyen en la tarifa.
Una vez preparado el vehículo, se pasaría a la operación de pintura en sí. Y esto implica una capa de imprimación, varias de pintura y una final de barniz o laca para proteger el color y para darle un buen aspecto final. Todos estos procesos pueden suponer fácilmente más de 20 horas de trabajo.
Pasar la ITV tras cambiar de color
Si se deja el mismo color del vehículo, no hay mayor problema. Pero si se cambia y se pone otro, se debe comunicar este cambio a la DGT para que aparezca en el permiso de circulación y coincida en el color del coche.
También se debe notificar el cambio de color del coche al seguro, ya que algunas aseguradoras varían sus tarifas según el color del vehículo. Hay estadísticas que revelan que algunos colores tienen más o menos probabilidades de sufrir un accidente, de ahí que el color del coche también determine el precio del seguro.
Tras esto se podrá pasar la ITV sin problema alguno, a pesar de la leyenda urbana según la cual cambiar el color del coche es un defecto grave en la ITV.
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Periodista especializado en motor desde hace más de 20 años, ha trabajado en diferentes gabinetes de prensa (Federación Española de Automovilismo o Circuito del Jarama) y medios especializados (Motor 16, Marca Motor o Auto Bild). Apasionado de coches, motos y, ahora también, de los cacharros con alas.