¿Qué pasa si un conductor encuentra un coche aparcado en su plaza de garaje?: esto dice la ley

La ley da al propietario de la plaza invadida varias opciones cuando sufre una ocupación total de su aparcamiento.

aparcamiento

Foto: Getty

En una comunidad de vecinos, el aparcamiento puede ser un escenario de conflicto entre conductores por varias razones. Una de ellas es que alguien no respete los límites a la hora de estacionar. Si alguien encuentra un coche aparcado en su plaza, ¿qué pasa? La ley tiene la respuesta.

El garaje entra dentro de las zonas generales de un edificio de viviendas, mientras que la plaza es de propiedad privada. El dueño podrá usarla teniendo en cuenta que su derecho a la propiedad termina donde acaba la superficie de su hueco. O lo que es lo mismo: donde marcan los límites.

La Ley de Propiedad Horizontal es clara al respecto: al aparcar, ningún vehículo puede pisar las líneas divisorias y tampoco superar los límites. Al hacerlo, se estaría invadiendo, parcialmente, una propiedad privada o las zonas comunes.

Hay, eso sí, dos partes del coche que pueden invadir o rebasar las líneas de su plaza de aparcamiento. La primera de ellas son los retrovisores y la segunda, las puertas sólo cuando sea necesario abrirlas para entrar y salir del vehículo.

¿Qué hacer cuando un coche aparca en una plaza que no es suya?

Teniendo en cuenta lo recogido en la Ley de Propiedad Horizontal, aparcar en una plaza ajena supone invadir una propiedad privada. La primera vía para solucionarlo pasa por identificar al dueño del vehículo para hablar con él. Una vez localizado, demostrándole el perjuicio causado, hay que pedirle que retire su coche.

Si no lo hace, se puede recurrir a la Ley de Propiedad Horizontal. Su séptimo artículo apunta que “previa autorización de la Junta, debidamente convocada al efecto, podrá entablar contra él acción de cesación que se sustanciará a través del juicio ordinario”. En otras palabras, consiste en recurrir a un procedimiento judicial.

Es posible, por otro lado, interponer una denuncia a título personal o a través de la comunidad de propietarios. Para ello, hay que recopilar todas las pruebas necesarias para demostrar la invasión de la plaza de garaje.

A continuación, hay que notificar la invasión a la policía para que ponga en marcha todo el proceso que terminará con la retirada del coche y su posterior traslado al depósito municipal.

Si no es posible identificar al propietario del vehículo, hay que notificárselo al presidente de la comunidad o al administrador de la finca. Ellos adquirirán el papel de mediadores. Tendrán que intentar dar con el dueño y, si existe, aplicar el régimen sancionador de la comunidad para estas situaciones. Si no dan con él, el camino a tomar será el de la justicia.

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