España tiene 10.066 kilómetros de autovías cuya titularidad es estatal y otros 3.608 kilómetros están a cargo de las comunidades autónomas. Circular por ellas es gratis, de momento. El Gobierno puso sobre la mesa la posibilidad de implantar un sistema de pago, pero la propuesta ha ido perdiendo fuerza con el paso de los meses.
En el actual escenario, las autovías de pago han dejado de ser algo urgente. En los últimos meses, el Gobierno ha puntualizado que sólo volverían a situarlas entre los temas prioritarios cuando la incertidumbre económica se resuelva. Tampoco acompaña el momento social, ni el contexto político.
Cabe recordar que este año, se celebran elecciones municipales, autonómicas y generales: conseguir que todas las partes involucradas se pongan en común se antoja complicado. A esto hay que añadir que ningún partido político querría anunciar una medida con tanto calado social en plena campaña electoral.
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El interés se ha diluido tanto que, según informa Cinco Días, sólo una de las casi mil enmiendas que ha recibido el Proyecto de Ley de Movilidad Sostenible está relacionada con las autovías de pago.
La ha presentado EH Bildu y plantea una disposición adicional en la que piden que, un año después de que entre la norma en vigor, se presente un informe con las diferentes vías que existen para dar con un mecanismo que permita financiar, al menos parcialmente, el mantenimiento y la modernización de las carreteras españolas.
Hay que recordar que, según el informe sobre ‘Necesidades de Inversión en Conservación’ de la Asociación Española de la Carretera (AEC), el déficit en conservación de las carreteras españolas es de unos 10.000 millones de euros.
El papel de las concesionarias
A principios de 2023, Seopan, la patronal de las constructoras y concesionarias de grandes infraestructuras, recordaba que existe un objetivo vinculante para que en julio de 2025 esté activo un sistema de pago por uso en las carreteras españolas.
Las concesionarias llevan tiempo defendiendo la aplicación de peajes en las autovías, pero ahora son conscientes de que a corto y medio plazo no serán una realidad. Y todo ello, a pesar de que el Gobierno sí habría progresado en el diseño de un sistema para las carreteras españolas.
Su fuente de inspiración habrían sido los países de Europa que ya han apostado por este modelo. Entre las fórmulas que se podrían adaptar a España figuran dos:
- Peajes viñeta: es una tarifa plana anual que pagarían todos los conductores para circular por estas vías.
- Pago por uso: es un peaje blando con el que sólo se paga en función de los kilómetros que se recorren.
Todo apunta a que la idea sería implantar el primer sistema y evolucionar hasta el segundo para que los vehículos que más utilicen las autovías sean los que más paguen.
Las ayudas de Europa
Este aplazamiento de las autovías de pago ha puesto el acento en otro punto: las ayudas de Europa. ¿La razón? Están incluidas en el Plan de Transformación y Resiliencia, es decir, las reformas que España debe llevar a cabo para acceder a los fondos europeos de 140.000 millones de euros.
No obstante, esta inyección económica no corre peligro porque las autovías de pago son una propuesta acordada con Europa y no “una exigencia taxativa” para obtener el apoyo económico de Bruselas, que, además, entiendo que no es el momento de implantar este sistema.
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