Qué significa la gran línea roja de la ‘carretera de la muerte’ de Málaga

La carretera de la muerte de Coín toma su nombre en gran medida de aquellos conductores que a la muerte la ven venir de frente; llega un coche por el carril indebido y el adelantamiento termina en violencia vial: 10 personas fallecieron en 2023 en esa carretera, la A-355, también por culpa de los excesos de velocidad.  

Ahora la Junta de Andalucía ha pintado una línea roja de gran grosor para separar los dos carriles, como una larga señal de alerta, en un tramo de cuatro kilómetros. A su paso por Coín hacia Marbella, la nueva marca vial, ubicada entre dos líneas continuas blancas, tiene como doble propósito remarcar la prohibición de los adelantamientos y llamar a una reducción de la velocidad.

Esta medida se reforzará pronto, señala la Junta de Andalucía en una nota, con la colocación de cuatro radares pedagógicos. Los carteles digitales no multarán, pero informarán a los conductores de la velocidad alcanzada y recordarán, con señales luminosas, el límite máximo de la vía.

Ambas acciones son la respuesta a la elevada siniestralidad de la zona y al aumento del tráfico en esta carretera, detectado ya en 2021. La vía se abrió en 2014 con una previsión de 7.000 vehículos diarios y ya casi alcanza los 20.000 al día, incluida una gran cantidad de vehículos pesados por transporte de mercancías, remarca la Junta.

Bandas fresadas y quitamiedos

Ante la preocupación y las peticiones del Ayuntamiento de Coín, la Consejería de Fomento andaluza ha ejecutado en los últimos años varias obras de adecuación, como la construcción de cuatro kilómetros de barreras de contención (quitamiedos) y la generación de bandas fresadas, que producen un ruido fuerte al pisarlas con los neumáticos.

La delegada del Gobierno andaluz en Málaga, Patricia Navarro, ha anunciado “nuevas medidas correctoras” cuando se analicen las conclusiones de un estudio de riesgo de accidentalidad ya en marcha. Además, confía en que la Dirección General de Tráfico “solicite autorización lo antes posible para la instalación de radares de velocidad, como medida disuasoria”.

Líneas verdes y dientes de dragón

El uso de marcas viales disuasorias es cada vez más común en las carreteras españolas, y hay casos de éxito. Dos de las más llamativas son las líneas verdes y los dientes de dragón. Las primeras se pintaron hace cerca de siete años en Palencia en las carreteras CL-615 y otros 25 en la CL-613. 

A lo largo de dos tramos de 60 kilómetros, las líneas verdes generan en los cerebros de los conductores una sensación de estrechamiento de la calzada que, a su vez, induce a moderar la velocidad de modo inconsciente. 

Cuando esas marcas viales cumplieron cinco años, los datos constataron que el engaño funcionaba. Desde octubre de 2017 hasta octubre de 2022, la jefatura provincial de Tráfico de Palencia contabilizó 796 accidentes. Son casi los mismos que en el lustro anterior, pero mucho menos graves: hubo tres muertes y 95 heridos, frente a 12 fallecimientos y 185 heridos. 

De modo similar, en la travesía de la N-122 por Nava de Roa (Burgos), se dibujaron en 2021 líneas quebradas y dientes de dragón para frenar los excesos de los vehículos. El éxito del ensayo llevó al Ministerio de Transportes a repetir el experimento en la N-640, en varios tramos de Caldas de Reis, Cuntis, y Castro Loureiro (Pontevedra).