Retoques estéticos y más tecnología para el Audi Q8

El SUV grande de corte ligeramente deportivo mejora su equipamiento y personalización con versiones de hasta 507 CV.

Audi Q8

Los cambios en el Audi Q8 son mínimos.

Tras presentarse en 2019, el Audi Q8 recibe una puesta al día que cuesta diferenciar a simple vista. La marca alemana ha optado por centrarse en el equipamiento y las opciones de personalización, retocando solo lo justo su imagen y manteniendo intacta su gama de motores.

A nivel visual hay que fijarse mucho para encontrar los cambios. Lo más reseñable son los faros HD Matrix LED. La parrilla modifica ligeramente su diseño y estrena un nuevo patrón, lo mismo ocurre en el paragolpes y sus entradas de aire, en los faldones y el difusor trasero.

El interior del Audi Q8 permanece virtualmente intacto, destacando las tres pantallas del puesto de conducción, pero se han sumado nuevas aplicaciones al sistema multimedia (como Spotify), hay cambios en las costuras y en el Audi Virtual Cockpit se muestran señales y avisos de más asistentes de conducción, como el asistente de tráfico cruzado o el avisador de cambio de carril.

Su oferta mecánica está formada por solo cuatro versiones, todas ellas equipadas con una caja de cambios automática de ocho marchas y con un sistema de tracción integral. Además, todas ellas menos la más potente tienen tecnología híbrida y etiqueta ECO.

La versión de acceso es el diésel 45 TDI de 231 CV, le sigue el 50 TDI de 286 CV, por encima está el gasolina 55 TFSI de 340 CV y el tope de gama es el SQ8 TFSI de 507 CV. De serie todas comparten también el sistema de suspensión neumática y opcionalmente pueden incorporar el eje trasero direccional (de serie en el SQ8).

La variante más deportiva cuenta con particularidades en el diseño, así como con llantas de 22 pulgadas (opcionalmente de 23) y un sistema de frenos con discos delanteros de 400 milímetros y traseros de 350 milímetros.

Precios del Audi Q8

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Mario Herráez

Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.

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