Por norma general, cuando ves un Mercedes Clase S por la calle te puedes imaginar que el que va dentro no anda precisamente corto de posibles. El fabricante alemán lo sabe y, además de ofrecer lujo, también quiere ofrecer seguridad y protección a sus clientes.
Para esas fortunas y personas importantes que sienten que necesitan un plus de tranquilidad en sus desplazamientos por carretera se ha fabricado este S 600 Guard, la versión blindada del modelo.
Lo de blindado no es un decir, tanto la carrocería como las ventanillas cuentan con protección balística clase VR9, gracias al policarbonato en el primer caso y a planchas de acero en el segundo, los bajos están reforzados y todo el conjunto puede resistir explosiones. La cosa no queda ahí, si los atacantes intentan inutilizar las ruedas, los neumáticos run-flat Michelín – FLAX siguen funcionando hasta 30 kilómetros tras haber recibido daños; y si optan por lanzar bombas de humo o de gas, el sistema de reciclado de aire automático mantiene a los pasajeros a salvo.
Obviamente, tanto refuerzo y equipamiento adicional repercute en el peso de la berlina, lo que ha obligado a modificar algunos elementos. Así, descansa sobre una suspensión neumática reforzada y monta unos frenos de mayor tamaño y potencia.
Lo que se mantiene intacto es el motor, un V12 6.0 biturbo que entrega 523 CV de potencia y va asociado a una caja de cambios automática 7G-Tronic. Su velocidad punta está limitada electrónicamente a 210 km/h y, aunque Mercedes no ha revelado su aceleración 0-100, es lógico pensar que será más lenta que en el Clase S 600 normal.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.