¿Cuál es el primer componente del coche con el que interactúa el conductor? La puerta. Razón para que muchas marcas hagan hincapié en empezar esta relación de la mejor manera posible: este es el trabajo de Rudy, que no descansa en Navidad.
Para Jaguar Land Rover, es fundamental que cada elemento de las puertas cumplan su cometido durante toda su vida útil: desde el sonido al cerrar hasta el despliegue de las manetas con frío y calor.
Más información
Reimagine es la estrategia de la marca británica que se centra en las pruebas virtuales, que ponen a punto sus vehículos: han invertido, para ello, 18.000 millones de libras (21.715 millones de euros, según el cambio actual).
En Gaydon, la sede central, hay 52 kilómetros de pista de pruebas sobre asfalto, rutas todoterreno, badenes y alcantarillas para que los ingenieros puedan reproducir situaciones del mundo real.
A esto hay que sumar otras instalaciones de pruebas virtuales y físicas como simuladores de vehículos, cámaras de frío, bancos de baterías, una cámara semianecoica… o la cámara de 2,1 millones de libras (2,53 millones de euros) donde trabaja Rudy.
Abrir y cerrar una puerta 84.000 veces
En Navidad, Rudy está trabajando a pleno rendimiento a 40 grados bajo cero: es el encargado de probar cómo se abren y cierran las puertas de los coches de Jaguar Land Rover. En este proceso, analiza el sonido y las vibraciones al cerrarse, la alineación del panel y la rigidez de las bisagras y los mecanismos de bloqueo.
Rudy abrirá y cerrará la puerta de un vehículo de pruebas 84.000 veces durante 12 semanas para replicar toda su vida útil de uso. Sólo en Navidad, abrirá una de las puertas de un Range Rover más de 14.000 veces.
Temperaturas extremas
Su objetivo, por lo tanto, es comprobar la durabilidad y calidad para poder garantizar que funciones básicas, como las manetas desplegables, funcionan, incluso, con las temperaturas más extremas.
Para ello, Rudy soporta cifras realmente bajas de 40 grados bajo cero, similares a las del Ártico, y otras muy elevadas que superan los 55 grados del Valle de la Muerte (California, Estados Unidos). Y todo esto es posible porque se trata de un robot.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, X o Instagram