La movilidad sostenible apunta en la dirección inexcusable de la electrificación de los vehículos. Y los resultados más destacables se obtienen con aquéllos dotados de una batería con capacidad suficiente para moverse el mayor número de kilómetros posible sin emisiones contaminantes, es decir, los híbridos enchufables y los eléctricos puros.
En ambos casos la recarga de las baterías exige a los usuarios recurrir a puntos preparados para tal fin. Sí, también en los híbridos enchufables o PHEV (por sus siglas en ingles), ya que en otro supuesto su eficiencia es cero, la batería se deteriora e incluso pierde su garantía.
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Es necesario, por tanto, recargar la batería en un punto público o, más aconsejable por practicidad y disponibilidad, privado. Por ello son cada vez más los usuarios de vehículos eléctricos que recurre a cargadores propios, siempre que dispongan de la posibilidad de conexión a la red eléctrica en el lugar de estacionamiento.
Para ellos Lidl, la popular cadena de supermercados, dispone de tres modelos a precios interesantes, aunque se trata tan solo del coste del dispositivo, sin incluir los gastos consiguientes que acarrea su puesta en marcha. Son los siguientes:
Cargador móvil
Se trata de un equipo portátil, que se conecta directamente a cualquier toma doméstica de corriente y permite recargas de hasta 3,7 kW. Es más aconsejable para híbridos enchufables o eléctricos con baterías sin demasiada capacidad.
Se puede utilizar también en exteriores y dispone de interrupción de carga en caso de calentamiento, con activación automática al recuperarse la normalidad. Pesa dos kilos y su manguera es de cinco metros. Se encuentra a la venta por 149,99 euros.
Estación de carga de 11 kW
La segunda opción de Lidl es una estación de carga de pared, los conocidos como wallbox, con capacidad para alcanzar los 11 kW. Por lo tanto, exige ya de instalación fija en el lugar de aparcamiento del vehículo, permitiendo acortar los tiempos de recarga de forma significativa respecto al anterior.
Cuenta con una pantalla que muestra los parámetros básicos del proceso, también es apto para el uso en exteriores, se protege ante el calentamiento y los apagones, ofrece diferentes modos de carga y la manguera es de cinco metros. Su precio asciende a 329,99 euros.
Estación de carga de 22 kW
El dispositivo más completo, potente y caro (449,99 euros) de la oferta de Lidl. Otro cargador de pared, que alcanza los 22 kW de velocidad y es ideal para baterías de alta capacidad, siempre que se disponga de la potencia necesaria en el lugar de instalación (que no es posible en domicilios particulares).
Comparte todas las ventajas del anterior y, además, incrementa el número de modos de carga hasta nueve, función de carga segura con prueba al conectarlo y admite corriente de hasta 32 amperios.
¿Son un chollo los cargadores de Lidl?
Los dispositivos ofertados por Lidl, como suele ser habitual en sus productos, tienen un precio bastante ajustado para lo que es habitual en el mercado. Sin embargo, se debe tener en cuenta que se trata solo del cargador, que incluso se puede comprar en la web del supermercado, y que en el caso de los de pared no se incluyen ni la instalación y las gestiones necesarias para su legalización.
Aunque se aporta un manual con cada cargador, la propia empresa indica que se requiere de “una instalación sencilla por parte de un electricista”. El coste de ésta dependerá de su complejidad, como por ejemplo los metros de conducción necesarios desde el cuadro eléctrico, cantidad que habrá que sumar al precio del aparato.
Recurrir a un profesional es importante no solo por cuestiones evidentes de seguridad en la instalación, sino también por la necesidad de emitir un boletín eléctrico. Se trata de un documento que certifica que cualquier instalación eléctrica es apta para el suministro de corriente.
Solo electricistas autorizados o empresas instaladoras pueden solicitar este certificado, que se encuentra sujeto a unas tasas oficiales, además de la remuneración del profesional que realiza la gestión. Como referencia media, su precio suele estar entre los 100 y 150 euros.
Además, los instaladores de puntos de carga suelen encargarse de la gestión de ayudas públicas a la compra e instalación de equipos de recarga del MOVES III en aquellas comunidades en las que se encuentren disponibles. Otro proceso del que, de no recurrir a ellos, debería ocuparse el propio usuario.
Por tanto, sumando estos gastos añadidos al precio del propio equipo, en el caso del cargador más completo de la oferta de Lidl la realidad es que la diferencia de coste respecto a otras opciones tampoco es tan abultada. Existen diferentes empresas del sector que comercializan sus productos con precios cerrados en torno a los 1.200 euros (siempre variable en función de la complejidad de la instalación).
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Una vida sobre ruedas. De piloto (malo) de motocross a periodista deportivo en Diario AS, incluyendo una década en los grandes premios de MotoGP. Apasionado de los coches y las motos, en más de 30 años ha tenido el privilegio de probar unos cuantos cientos de unos y de otras. Ahora, subdirector en Prisa Motor.