En abril de 2022, durante la última campaña electoral, Emmanuel Macron prometió un sistema de ayuda innovador para facilitar la transición eléctrica del parque automovilístico: ofrecer coches sin emisiones a hogares más modestos por menos de 100 euros al mes, sin necesidad de realizar un pago inicial.
Aquella confesión, cuando se estaba dirimiendo quién sería el nuevo inquilino del Elíseo, a muchos franceses les pareció una ‘boutade’, voz francesa que, según la RAE, se puede traducir por “intervención pretendidamente ingeniosa, destinada por lo común a impresionar”. La típica promesa electoral que se acaba perdiendo en el tiempo.
Ahora, casi dos años después de aquel anuncio, el plan se ha puesto en marcha a principios de año y está arrojando cifras espectaculares. En palabras de Christophe Béchu, ministro de Ordenación del Territorio y de Medioambiente de Francia: “Tenemos más de 90.000 solicitudes que se han materializado en una plataforma de reservas”.
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Alquiler social
El gobierno francés aprobó esta medida de choque para un tipo de conductor muy especial, aquellos que conducen más de 8.000 kilómetros al año para ir al trabajo o viven a más de 15 kilómetros de su lugar de trabajo. Aunque este arrendamiento se ha abierto también a los hogares más modestos, cuya renta fiscal de referencia por unidad sea inferior a 15.400 euros al año.
Por el momento, el número máximo de unidades que se van a poner en circulación es de 25.000, por lo que casi tres cuartos de los solicitantes se van a quedar sin vehículo eléctrico subvencionado. No obstante, el ministro Béchu dijo que este volumen podría aumentar a 30.000, 35.000 e incluso al doble, ya que no es un problema presupuestario. Cabe recordar que el Estado francés financia cada alquiler con 13.000 euros, aunque el seguro y el mantenimiento son responsabilidades del cliente.
La situación en España
La medida está siendo seguida con mucho interés por otros gobiernos de la UE, puesto que es una manera de salvar la brecha de los bolsillos menos pudientes para acceder a un coche eléctrico y así democratizar la movilidad sin emisiones que tanto está costando en muchos países.
En España, por ejemplo, se ha efectuado un análisis encargado por T&E y Ecodes para replicar la idea francesa. El informe, elaborado por Anthesis Lavola y el Gabinet d’Estudis Econòmics (GEE), analiza la demanda potencial del sistema, la viabilidad económica de la propuesta y el impacto ambiental que tendría.
Este consistiría en un plan de ayudas para la adquisición de vehículos 100% eléctricos para hogares con rentas medias-bajas y bajas. Con cuotas que partirían desde los 90 euros, por un periodo mínimo de cuatro años y máximo de ocho. La administración se encargaría de aportar el resto de fondos que costaría lo mismo que el actual Plan Moves (unos 1.300 millones de euros) y podría ser complementario a este o, eventualmente, sustituirlo.
Otros países europeos
Como se ha comentado, esta medida está siendo vigilada con lupa por varios países de la UE para ver los pros y los contras de la instauración en el modelo francés. Mientras tanto, los gobiernos de nuestro entorno cuentan con distintas herramientas para popularizar el coche eléctrico sobre los de combustión interna.
Así, por ejemplo, en Croacia existen ayudas a la compra de hasta 9.291 euros para coches eléctricos y 5.309 euros para híbridos enchufables. En Luxemburgo, la cifra asciende hasta 8.000 euros para coches eléctricos —en función de los kWh de la batería— y hasta 2.500 euros para los híbridos enchufables de menos de 50 g/km de CO₂.
Los países de Europa que más ayudan ofrecen a la adquisición de un coche sin emisiones son Malta, con hasta 13.000 euros de ayuda a la compra, y Chipre, con hasta 12.000 euros para coches que emitan menos de 50 g/km de CO₂ y hasta 20.000 euros para coches eléctricos que tengan un valor de hasta 80.000 euros.
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Entusiasta del motor en toda su magnitud, preferiblemente los V12. Le dijeron que cuatro ruedas eran mejor que dos, por eso se compró otra moto. Claro que también le apasiona cuando van las cuatro juntas. Ha trabajado como creativo publicitario para muchas marcas de coches y motos e hizo la mili en esto de juntar letras en la editorial Luike.