Un aparatoso incendio en el aparcamiento subterráneo de un edificio de viviendas del barrio de Pino Montano, en Sevilla, ha obligado a desalojar a las 92 familias que viven en los dos bloques afectados. Varios testigos han apuntado que el origen del fuego se ha localizado en un coche eléctrico.
Según la Policía de Sevilla, que se ha hecho cargo de la investigación, 15 vehículos han resultado calcinados y otro gran número han sufrido daños en mayor o menor. Hasta el lugar de los hechos se han desplazado 10 dotaciones de bomberos para controlar las llamas. El calor producido por la combustión ha llegado a los 800 grados centígrados.
A falta de que los investigadores confirmen definitivamente las causas, no es la primera vez que un automóvil eléctrico arde y origina un gran fuego. Entonces, ¿los vehículos eléctricos se incendian más que los de combustión? La respuesta corta es no, y hay suficientes estudios que así lo atestiguan. Aunque un incendio de un coche eléctrico es más devastador al compararlo con uno con motor térmico.
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Eléctrico frente a combustión
Debido al auge de los vehículos eléctricos en el mercado, los incendios de estos modelos han saltado a la primera plana de las noticias en todo el mundo. Ante la preocupación que han generado, diferentes organizaciones como la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras de Estados Unidos (NHTSA), Euro NCAP, el Centro de Investigación de Incendios de Vehículos Eléctricos de Suecia, diversas universidades con Departamentos de Ingeniería Automotriz, los propios fabricantes u organizaciones de consumidores han realizado exhaustivos análisis para comprobar si se incendian más.
Aunque la percepción pública, a menudo, se centra en los incendios de los coches eléctricos, las estadísticas indican lo contrario. Las conclusiones a las que han llegado las distintas investigaciones indican que un coche con motor de combustión diésel o gasolina, que son combustibles altamente inflamables, tiene un riesgo 10 veces mayor de comenzar a arder que un coche eléctrico. Así, por cada 100,000 unidades vendidas, se registran: 3.474 incendios en híbridos, 1.530 en vehículos de combustión (diésel y gasolina) y solo 25,1 en coches eléctricos.
El problema es apagarlos
Como ha quedado demostrado con estos análisis, la percepción que tiene el gran público sobre que los coches eléctricos se incendian más, no es real. La cuestión de fondo es que, una vez que empiezan a arder, es mucho más complicado apagarlos. Los vehículos sin emisiones, mayormente, se incendian por daños o desperfectos en las baterías. Cuando el separador entre el ánodo y el cátodo se rompe o se derrite, comienza una reacción química en el litio, liberando calor y gases nocivos que provocan el fuego.
Así, los componentes de las baterías de los coches eléctricos arden durante horas y, a veces, llegan a reactivarse después de haber sido controlados. En estos casos, los bomberos deben seguir un protocolo diferente para sofocarlos, empleando espumógeno de extinción de incendios; este es mejor que el agua. Otro problema asociado es la gran cantidad de agua que se debe de emplear para sofocar este tipo de fuegos químicos: un coche de gasolina o diésel necesita alrededor de 2.700 litros de agua, un eléctrico con baterías requiere 10 veces más. Por encima de los 20.000 litros.
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