Para Mitsubishi, el futuro de la automoción pasa por la tecnología híbrida enchufable. Es decir, coches que combinan un motor de explosión con la energía eléctrica pero que, además, pueden conectarse a la red para la recarga de las baterías, sin necesidad de depositar esta tarea exclusivamente en los sistemas dinámicos del propio automóvil. Y para demostrar su apuesta por esta tendencia, la marca japonesa ha lanzado una versión de este estilo de su todocamino Outlander, que ahora inicia su comercialización en el mercado español (lleva ya algunos meses a la venta en otros países y con magníficos resultados).
El PHEV, así se denomina esta variante, es un Outlander con todas las de la ley. Un todocamino, por tanto, con buena capacidad para un uso familiar (ni siquiera pierda mucho maletero por la colocación de las baterías), acabados correctos al estilo nipón y un equipamiento muy completo. Su seña de identidad, obviamente, es su sistema de propulsión que se basa en el trabajo conjunto de un motor de gasolina de dos litros de 121 CV y otro par eléctricos, de 82 CV y acoplados a cada uno de los ejes para disponer así de tracción integral permanente.
Los propulsores eléctricos se alimentan por baterías que disponen de dos tipos de recarga, una solución inédita en este segmento de los SUV: la energía cinética de frenada y el motor de gasolina son capaces de recuperar la carga sobre la marcha, pero además el PHEV se puede conectar a una red eléctrica doméstica para completar el proceso en unas cinco horas.
Este Outlander es capaz de recorrer unos 50 kilómetros en modo completamente eléctrico, mientras que gracias a su motor de gasolina la autonomía se extiende hasta los 897 kilómetros, con un consumo homologado de sólo 1,9 litros a los 100 kilómetros y unas emisiones de CO2 de 44 gr/km. Más allá de cifras oficiales, que por lo general distan de la realidad del uso cotidiano, en una breve toma de contacto con el PHEV pudimos comprobar que ofrece interesantes y valiosas ventajas, que sin duda serán capaces de satisfacer a muchos potenciales clientes.
Para un uso urbano medio, con desplazamientos por ciudad que no suelen superar los 20 kilómetros diarios, el PHEV puede permitir evitar las gasolineras de forma casi permanente. Sin embargo, cuando llegue el momento de salir a carretera no habrá que sufrir las agonías propias de los coches exclusivamente eléctricos. Hasta 120 km/h puede funcionar alimentado por sus baterías sin necesidad de recurrir a la gasolina, haciéndolo durante una distancia que puede ser suficiente para aquéllos que vivan fuera del centro urbano. Y a la hora de afrontar un viaje más ambicioso, hablamos de un Outlander comparable a cualquiera de sus hermanos, con potencia sobrada y un buen comportamiento rutero, apoyado ya en el motor de combustión y sin que apreciemos diferencias significativas respecto a cualquier otro modelo de su estilo.
Por si todo esto fuera poco, Mitsubishi ha realizado en España un importante esfuerzo para reposicionar en precio al Outlander PHEV, que inicialmente pensó en venderse por 50.000 euros, una cifra elevada incluso teniendo en cuenta la avanzada tecnología que aporta. Sin embargo, ahora la versión básica (por llamarla de algún modo, puesto que su equipamiento es ya completísimo) tiene un precio de salida de 42.000 euros, de los que se deben restar 3.000 euros de descuento promocional de lanzamiento; si de esos 39.000 euros se reducen además las ayudas gubernamentales de los Planes Moleve y PIVE, más aquéllos casos en los que se contemple la de familia numerosa, el coste final se quedaría en torno a los 32.700 euros. Una cantidad que ya se antoja realmente ajustada para un vehículo de este segmento, tecnología y posibilidades.
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