Qué consecuencias tendrá la subida de la luz para los coches eléctricos

El ruido mediático que ha rodeado a la escalada diaria del precio de la electricidad ha llenado de dudas a muchos compradores potenciales de modelos a pilas.

Qué consecuencias tendrá la subida de la luz para los coches eléctricos

Un poste de carga para vehículos eléctricos.

El menor coste de uso del coche eléctrico era hasta ahora uno de los principales argumentos de ventas para convencer a los posibles compradores de sus ventajas. Y esa rentabilidad anunciada debía compensar el mayor desembolso inicial que exigían para poder disfrutar de otras ventajas añadidas importantes, aunque de menor trascendencia, como el aparcamiento gratuito en zonas de estacionamiento limitado, el acceso al centro de las grandes ciudades…  

Sin embargo, todo ese argumentario comercial ha saltado por los aires en apenas unos meses. Justo los que una serie de acontecimientos coyunturales y también geopolíticos, como el dominio de Rusia en el mercado mundial del gas natural o la crisis entre Marruecos y Argelia que ha cerrado uno de los gasoductos del Magreb, han tardado en disparar el precio de ese combustible. 

Porque las centrales de ciclo combinado que funcionan con gas son las que cubren las puntas de demanda donde no llegan las demás fuentes de energía, desde las renovables, como la hidráulica, eólica y solar, hasta la nuclear. Y marcan el precio final que se paga por todas ellas. Sobre todo, tras la práctica desaparición de las grandes centrales eléctricas de carbón, en su mayoría cerradas al no ser rentables por la subida de precio de los derechos de emisiones de CO2.  

El ruido mediático que ha rodeado a la escalada diaria del precio de la luz hasta llegar a récords de casi 300 euros el MWh en octubre ha llenado de dudas a muchos compradores potenciales de coches eléctricos. Pero lo cierto es que no ha cambiado la relación de fuerzas entre modelos de baterías y térmicos, porque esa subida ha ido acompañada casi en paralelo por la del petróleo y sus derivados, como la gasolina y el gasóleo. Y la mayor rentabilidad de uso de los eléctricos se mantiene igual, en especial cuando se utilizan las tarifas nocturnas que ofrecen las compañías del sector.  

Otra cuestión es cómo afectará la subida de la luz a otras actividades. Afortunadamente para el automóvil, su producción no es electrointensiva, un alivio para España, donde tiene precios superiores a otros competidores eu­­ropeos. Pero lo que se empieza a ver ya es que puede provocar una nueva crisis mundial de materias primas.

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