Estos días se celebra en Las Vegas el Consumer Electric Show (CES) y las marcas de automóviles y de componentes muestran sus avances en conducción autónoma y vehículos eléctricos. Y entre ellas se ha colado Sony, que ha dado la sorpresa presentando su propio coche eléctrico, el Vision-S.
Se trata de un sedán de formas redondeadas y cuya imagen luce algunos detalles que dejan clara su naturaleza de cero emisiones, como la ausencia de parrilla delantera. El Sony Vision-S viste el techo de negro y emplea unos retrovisores minimalistas formados por cámaras; en la zaga, una fina línea de LED une los grupos ópticos.
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En su desarrollo han colaborado varias empresas especializadas en áreas muy diversas (Bosch, Nvidia, Continental o Qualcomm, entre otras), que han creado una plataforma eléctrica de nueva factura. El coche monta dos motores con 200 kW de potencia que le permiten acelerar de 0 a 100 km/h en 4,8 segundos y alcanzar los 239 km/h de velocidad punta, pero no se han detallado ni el tamaño de su batería ni su autonomía.
Igual de interesante es la presencia de hasta 33 sensores distribuidos por el coche, entre los que se encuentran los ToF, CMOS y LiDAR. Todos ellos permiten monitorizar los alrededores del vehículo y otorgarle un nivel 2 de conducción autónoma.
El habitáculo apuesta por las pantallas como protagonistas, con una especialmente grande que ocupa todo el ancho del salpicadero, y otras dos instaladas en los respaldos de los asientos para que las usen los ocupantes de las plazas traseras. Los usuarios del Sony Vision-S también pueden disfrutar del 360 Reality Audio, un sistema de sonido envolvente que incluye incluso altavoces dentro de los asientos.
Sony no ha explicado las razones por las cuales ha entrado en el sector del automóvil y ha desarrollado este modelo, todavía en formato de prototipo y que muestra la visión de la firma sobre la movilidad. La fecha de su puesta en producción todavía no se ha anunciado.
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