Este movimiento, que va ganando adeptos con el transcurrir de los años, se denomina ‘retrofit’, una palabra inglesa cuya traducción al español sería algo así como ‘actualización’. Esta técnica de restauración permite que los usuarios con modelos antiguos puedan seguir conduciendo sus automóviles, sobre todo, en zonas con restricciones de acceso a los vehículos más contaminantes.
Esta segunda vida para muchos modelos es la mejor manera de evitar su desaparición en territorios como los de la Unión Europea, en los cuales se ha puesto el foco sobre los motores de combustión y las restricciones sobre sus ventas de cara a 2035. Además, al ser esta técnica de restauración más barata que la adquisición de un modelo eléctrico nuevo, permite a muchos usuarios aterrizar en la electrificación.
Aunque, como en todo, existen voces a favor y en contra. Estos días atrás, cuando se ha conocido la noticia del 911 America Roadster protagonista de estas líneas, los foros y redes sociales ardían. Lo que para algunos era una genialidad, para otros era un sacrilegio.
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Sacrilege Motors
La empresa encargada de dar una segunda vida eléctrica al Porsche 911 America Roadster —versión estadounidense del Porsche 911 Carrera 2 Cabriolet Turbo— una edición limitada de la que se fabricaron exclusivamente 250 ejemplares, se denomina Sacrilege Motors y tiene su sede en Lakeville, Connecticut.
El nombre de la compañía también ha ayudado a que muchos usuarios se reafirmen en que lo que se ha cometido con el Porsche es un sacrilegio. Esta fue fundada en 2020 por el empresario Phil Wagenheim junto al expiloto y restaurador de Porsche Bobby Singh.
Juntos aportan tres décadas de experiencia en modificación y mantenimiento de los automóviles deportivos Porsche, incluidos el 959, Carrera GT, 918 Spyder y más modelos de las copas de promoción de la firma alemana. Además, Wagenheim y Singh, son los apasionados propietarios (y conductores habituales) de sendos Porsche 911 refrigerados por aire.
Manteniendo la esencia
La idea de Wagenheim y Singh para este retrofit era clara, querían ofrecer a toda costa un 911 analógico de la era en la que montaban motores refrigerados por aire con la confiabilidad y la potencia instantánea de un vehículo eléctrico. Manteniendo al mismo tiempo una experiencia de conducción emocionante que resulte muy familiar para los entusiastas del 911.
En palabras de Singh: “Nuestro objetivo final era conservar las mejores características de manejo del 911, con un mayor rendimiento y componentes mejorados, todo mientras reducíamos su impacto ambiental. Hemos mantenido la misma distribución de peso, lo cual es crucial para que el coche se sienta como un Porsche 911”.
Motor de un Tesla
Aunque las intenciones de Wagenheim y Singh han sido la de mantener, por encima de todo, el espíritu de Porsche, lo cierto es que los componentes que han usado, sobre todo en la elección del nuevo propulsor, han sido lo que mayores críticas ha recibido. Los fanáticos de la firma ven un auténtico sacrilegio que monte un impulsor de Tesla.
Las características más importantes del Porsche 911 America Roadster eléctrico son:
- Motor: proveniente de un Tesla Model S
- Potencia: más de 500 CV
- Aceleración de 0 a 100 km/h: en menos de cuatro segundos
- Paquete de baterías: 62 kWh
- Autonomía: aproximadamente 320 kilómetros
- Peso: 1.451 kg
- Diferencial: deslizamiento limitado
Phil Wagenheim, consejero delegado de Sacrilege Motors ha comentado: “Para esta modificación, nos propusimos mantener el alma de un Porsche 911 y la familiaridad de su experiencia de manejo, mientras agregamos un motor de bajo mantenimiento y alto rendimiento. No le estoy diciendo a nadie que renuncie a la combustión interna… No lo estoy haciendo. Lo que estamos haciendo en Sacrilege es simplemente agregar una opción eléctrica para aquellos a los que les gusta disfrutar de los modelos clásicos”.
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Entusiasta del motor en toda su magnitud, preferiblemente los V12. Le dijeron que cuatro ruedas eran mejor que dos, por eso se compró otra moto. Claro que también le apasiona cuando van las cuatro juntas. Ha trabajado como creativo publicitario para muchas marcas de coches y motos e hizo la mili en esto de juntar letras en la editorial Luike.