El invierno se va acercando y los días van disminuyendo sus horas de sol. Así, muchos conductores se enfrentan a la falta de luz en sus desplazamientos cotidianos: cuando salen de casa todavía es de noche y cuando regresan ya ha anochecido. La fatiga al volante se incrementa por la falta de luz y está directamente relacionada con los accidentes.
Según las estadísticas de la Dirección General de Tráfico (DGT), durante la franja nocturna se generan más accidentes de tráfico. Alrededor del 40% de las víctimas mortales se producen durante esas horas, a pesar de contar con menor volumen de tráfico.
Esto arroja que durante la nocturnidad, a nivel global, se ocasionan menos accidentes, pero con relación al número de vehículos que circulan en esa franja, son más numerosos y mucho más graves.
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La conducción nocturna afecta significativamente a los ojos. En ese periodo, se produce una pérdida sustancial de la calidad visual debido a que disminuye la sensibilidad al contraste.
Esto significa que aumenta la dificultad de distinguir formas sobre un fondo oscuro, ya sean vehículos poco iluminados, peatones o animales. Esto es directamente proporcional a un mayor tiempo de reacción.
Más distancia de seguridad
Es fundamental a la hora de conducir de noche, al igual que cuando se hace con fenómenos meteorológicos adversos, disminuir la velocidad y aumentar la distancia de seguridad.
El tiempo de reacción del conductor es mayor, lo que implica que para frenar o realizar maniobras evasivas hay que disponer de más tiempo y espacio.
Ver y ser visto también es esencial para efectuar una conducción nocturna sin sobresaltos.
Consejos para conducir de noche
- El sistema de iluminación del vehículo debe encontrarse en perfecto estado. Todas las bombillas deben funcionar a la perfección y, además, las ópticas tienen que estar limpias.
- Las lunas y los retrovisores también deben de estar limpios y en el caso de los últimos, perfectamente regulados. Además, aquellos que usen gafas deberán igualmente mantenerlas limpias. Se trata de evitar reflejos que puedan deslumbrar.
- La altura de los faros debe estar ajustada para ofrecer la mejor visibilidad sin deslumbrar al resto de los vehículos.
- Se debe encender el alumbrado de cruce al menos una hora antes de la puesta del sol.
- Si se va a hacer un viaje largo de noche, es aconsejable hacerlo descansado y realizar paradas cada hora y media para despejar la vista.
- Hay que parar inmediatamente si se detecta alguno de estos síntomas: lagrimeo, fatiga ocular, somnolencia o picor de ojos.
- La luz interior del habitáculo siempre debe de ir apagada, ya que al reflejar en el parabrisas se verán menos los vehículos, los peatones y los animales.
- Para evitar deslumbramientos al cruzarse con otros vehículos, siempre ha de fijarse la vista en el borde de la carretera, en la línea blanca del arcén. Jamás se debe mirar a los faros.
- Hay que cambiar el retrovisor a la posición noche moviendo la palanca situada en la zona inferior. De este modo, los coches que van por detrás no deslumbrarán al conductor.
- Los conductores deben revisar la vista al menos una vez al año visitando a un óptico-optometrista o un oftalmólogo.
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