Catorce comunidades autónomas están en alerta por la borrasca Celia. Los avisos por lluvia, viento y grandes olas son generalizados y afectan a las islas y toda la Península, salvo Asturias, Cantabria y La Rioja. La borrasca dará lugar a varios días de rachas fuertes, y precipitaciones abundantes, sobre todo en el sur y el este peninsulares.
La lluvia al volante es peligrosa y no solo por el menor agarre del firme, sino también porque afecta de manera muy negativa a la visibilidad de los conductores: el riesgo de sufrir un accidente cuando está lloviendo es un 70% mayor. Las precipitaciones afectan de tres maneras principales a la visibilidad en la conducción.
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La primera es la reducción de la luz ambiental y la visibilidad horizontal, que es “la distancia máxima a la que un observador puede distinguir un objeto”. La segunda es el cambio del entorno visual, puesto que el agua filtra la luz de los faros, crea reflejos, cambia la percepción visual de ciertas superficies y rebaja el contraste entre los objetos y el fondo sobre el que se encuentran.
La tercera es la propia presencia de las gotas de lluvia en el parabrisas, algo que distorsiona la luz, crea una película que no es uniforme sobre el cristal y hace que el conductor, ante la imposibilidad de fijar su mirada en puntos más lejanos, mire a lugares más cercanos a su posición, por lo que se reduce su capacidad de anticipación ante imprevistos.
Claves para mejorar la visibilidad y otros consejos
- Mantener el parabrisas en buen estado, limpio y sin daños.
- Cambiar las escobillas en cuanto se observen los primeros síntomas de mal funcionamiento. Si no evacuan el agua correctamente, la visibilidad se verá perjudicada.
- Utilizar un repelente de lluvia en el parabrisas, ya que evita que el agua se quede en el cristal. Resbala más rápido y de este modo será más fácil que las escobillas desalojen la superficie acristalada, según recuerda Carglass.
- Limpiar el cristal por dentro para evitar que se empañe con facilidad y, cuando lo haga, utilizar la ventilación enfocada al parabrisas.
- Llevar las luces de carretera encendidas (no las largas) para ver mejor y para que los otros vehículos se percaten de nuestra presencia. En condiciones extremas, encender los antiniebla traseros.
- Estar atentos al asfalto para ver aquellas zonas en las que la acumulación de agua sea mayor, puesto que podría causar aquaplaning.
- Dado que el agarre del asfalto es menor, las distancias de frenado crecen, por lo que aumentar la distancia de seguridad nos dará un mayor tiempo de reacción en caso de imprevistos
- Utilizar las luces de los coches que van por delante como guía que nos indique el curso que sigue la carretera y como aviso si llegamos a una zona en la que es necesario frenar.
- Si la visibilidad llega a ser tan escasa que no se puede ni conducir, reducir la velocidad e intentar parar en un lugar seguro en el que no seamos embestidos por otros vehículos.
- Si otro vehículo levanta agua de un charco y la lanza contra nuestro parabrisas, no perder la calma, mantener la trayectoria y no dar un frenazo de manera brusca
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