Al arrancar un coche durante los meses más fríos del año es más que aconsejable obrar con precaución: sobre todo si se pone en marcha a primera hora del día. El objetivo es evitar daños que acorten su vida útil, pero ¿sirve de algo calentar el motor?
Cuando se apaga un vehículo, el aceite del motor se asienta en el cárter. Cuando se enciende, este líquido precisa de algo de tiempo para circular y lubricar el motor: cuando hace frío, más.
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Bien es cierto que los aceites están diseñados para mantener un grado de viscosidad en frío y en caliente; esto ayuda a que los modelos modernos puedan funcionar desde el arranque. Nada tiene que ver con los vehículos más antiguos en los que sí era necesario tenerlos varios minutos arrancados, al ralentí, antes de comenzar un trayecto.
Eso sí, alcanzar la temperatura adecuada de funcionamiento sigue siendo vital para averías mecánicas. Razón por la que, al arrancar, el coche tiene que permanecer unos segundos al ralentí: no más de 30.
Este tiempo es suficiente para que el aceite empiece a moverse por el sistema de lubricación y llegue a todos los componentes; no hace falta que alcance 90 grados y, además, alargar ese momento hará que el coche consuma combustible de forma innecesaria.
Circular con suavidad
Ese medio minuto será vital para que el motor alcance la temperatura necesaria para funcionar perfectamente. Para terminar de calentarlo, a continuación, hay que poner el coche en marcha siendo cuidadoso con el acelerador: no hay que pisar a fondo con revoluciones muy bajas y tampoco ir en una marcha muy larga.
Por otro lado, en todo este proceso, es fundamental que las maneras del conductor sean suaves y, sobre todo, que no revolucione el motor en exceso. No existe una cifra universal que sirva para todos los modelos, pero sí hay algunas referencias que son útiles.
Los motores de gasolina tienen que moverse en torno a las 2.500 revoluciones por minuto y los diésel alrededor de las 2.000. Cuando todas las temperaturas sean las adecuadas, se podrán superar y, también, se podrá aplicar más intensidad a la conducción.
¿Durante cuánto? Bastará con unos 10 minutos porque el objetivo es que el motor no sufra cambios bruscos de temperatura. De esta manera, la temperatura del agua y del aceite irán subiendo progresivamente hasta alcanzar su nivel adecuado. Será entonces cuando el motor, también, se haya calentado.
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