Uno de los trámites obligatorios que más incomoda a los automovilistas –la inspección técnica de vehículos (ITV)– también puede realizarse porque sí. Se trata de la ITV voluntaria y la llevan a cabo todos los centros de inspección a petición de los propietarios, pero no exime de la reglamentaria. Por lo general, se hace para contar con una revisión independiente, fuera de un taller, o para comprobar que un coche de segunda mano está en buen estado.
Como el conductor es quien elige esta revisión, tiene la facultad de solicitarla a su gusto, completa o solo parcial, en la que se comprueben, por ejemplo, los frenos y la dirección, pero no el alumbrado.
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El coste de este servicio no está regulado, al contrario que el precio de la ITV preceptiva. Las tarifas varían en cada comunidad autónoma y en cada centro, pero suelen ser menores que las de la inspección periódica. De cualquier modo, someter el vehículo a la ITV voluntaria no afecta a la fecha de caducidad de la obligatoria.
Defectos en la ITV voluntaria
La libertad del automovilista, no obstante, solo está garantizada a la ida. “La voluntariedad no afecta al resultado de la inspección y la peligrosidad de los defectos“, dicen fuentes de la patronal de centros de inspección AECA-ITV. Por tanto, el propietario del vehículo debe subsanar los posibles fallos y regresar para que se verifique la reparación. “Un vehículo con un defecto grave o muy grave es un peligro para la seguridad vial y no debe circular”, insisten desde AECA-ITV.
Un estudio de la Universidad Carlos III de Madrid, elaborado para esta asociación, refleja que en 2021 se evitaron al menos 148 muertes gracias a las inspecciones técnicas. “La ITV contribuye a salvar vidas”, aseguró en la presentación del informe el presidente de la Comisión de Seguridad Vial del Congreso de los Diputados, Juan José Matarí.
La ITV en los coches de segunda mano
Según datos de Eurotaller, la inversión familiar media anual en España en el cuidado del coche ha caído un 8,3% desde 2011. La de 2021 (572,2 euros) fue cuatro veces inferior a la realizada en bares y restaurantes (2.299 euros). Aun así, AECA-ITV recomienda la inspección voluntaria antes de los desplazamientos largos y como medida preventiva si se va a adquirir un coche de segunda mano.
En ocasiones, los vehículos usados ocultan problemas complejos (o modificaciones no legalizadas) que se detectan mediante una revisión completa del motor, el alumbrado, los frenos, los neumáticos o las emisiones de gases.
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