Conducción preventiva: la mejor manera de evitar accidentes

Mantener la alerta al volante y anticipar las maniobras ante lo que sucede en la calzada es vital para minimizar los riesgos.

Conducción preventiva
Es necesario adecuar la velocidad a la vía para evitar accidentes. | Getty Images

En 2023, las distracciones al volante fueron responsables del 30% de los accidentes mortales en carretera, consolidándose como el principal factor de riesgo, especialmente por el uso indebido de los teléfonos móviles. Estas conductas afectan tanto la atención visual como cognitiva y manual del conductor, aumentando drásticamente la posibilidad de colisiones, especialmente a altas velocidades. Las actividades como enviar mensajes o interactuar con las pantallas de infoentretenimiento distraen de forma crítica.

Para evitar distracciones al volante, la mejor solución es mantenerse alerta constantemente y realizar una conducción preventiva. Conocer el funcionamiento y las reacciones del vehículo y cómo responder rápidamente ante imprevistos en la carretera puede disminuir hasta un 20 % el riesgo de accidentes. La conducción preventiva es mucho más que una serie de consejos; es una filosofía que prioriza la seguridad vial por encima de todo. 

Se trata de anticipar situaciones, tomar decisiones responsables y mantener una actitud proactiva al volante. La distancia de seguridad, el respeto a las señales de tráfico, el uso adecuado de los retrovisores y, sobre todo, adaptar la velocidad a las condiciones de la vía y respetar los límites establecidos son elementos fundamentales para prevenir accidentes. Asimismo, es importante realizar mantenimientos periódicos al vehículo, asegurándose de que los neumáticos, frenos y luces estén en óptimas condiciones.

Beneficios de la conducción preventiva

La conducción preventiva aporta múltiples ventajas tanto para el conductor como para el resto de los usuarios de la vía. Al anticipar situaciones y tomar decisiones responsables, se reduce significativamente el riesgo de sufrir accidentes. Además, conducir de manera preventiva contribuye a un ahorro de combustible, ya que se evitan aceleraciones y frenazos bruscos. A largo plazo, esto se traduce en un menor desgaste del vehículo y en una reducción de los costos de mantenimiento.

Más allá de los beneficios económicos, la conducción preventiva promueve una mayor tranquilidad y seguridad en la carretera. Al conducir de manera relajada y consciente, se reduce el estrés y se mejora la concentración. Asimismo, se fomenta una cultura vial más respetuosa y solidaria, donde todos los conductores comparten la responsabilidad de hacer de las vías un lugar más seguro.

Trucos para realizar una conducción preventiva

Para conducir de manera segura y prevenir accidentes, es crucial adoptar una postura correcta al volante, saber cómo reaccionar ante situaciones imprevistas como un trompo o un obstáculo en la carretera, y mantener la calma y la concentración en todo momento.

  • Posición de las manos al volante: mantener una posición correcta de las manos al volante (a las diez menos diez) es fundamental para controlar el vehículo de manera segura y evitar movimientos bruscos que puedan desestabilizarlo. Al realizar giros, es importante enderezar el volante con regularidad para evitar que la parte trasera del coche se derrape.
  • Cómo reaccionar ante un trompo: si el coche comienza a deslizar en una curva, lo primero es levantar el pie del acelerador y evitar frenar. A continuación, hay que girar las ruedas en la dirección hacia donde se quiere dirigir el vehículo, manteniendo la vista fija en el punto al que queremos llegar.
  • Obstáculos inesperados: ante un obstáculo en la carretera, es esencial realizar una frenada de emergencia y esquivar. Al mismo tiempo, hay que girar el volante con firmeza para evitar el impacto, teniendo en cuenta que el coche puede tender a deslizarse lateralmente.
  • Condiciones climáticas adversas: conducir bajo la lluvia, niebla, nieve o con poca visibilidad hace que aumente el riesgo de accidentes. Lo ideal ante estas situaciones es reducir la velocidad, aumentar la distancia de seguridad y llevar encendidas las luces correspondientes a cada escenario.
  • Adelantamientos imprudentes: adelantar en zonas con visibilidad reducida, en curvas o en líneas continuas aumenta el riesgo de colisión. Para minimizarlo hay que asegurarse de tener suficiente visibilidad antes de adelantar, utilizar los espejos retrovisores y los intermitentes, además de respetar las señales de tráfico.

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