Subirse al coche estacionado en la calle, intentar arrancar y ver cómo le cuesta es muy habitual en esta época del año. Norauto, la cadena de mantenimiento y equipamiento integral del automóvil, recoge los motivos que pueden llevar a esta situación y enumera una serie de recomendaciones muy útiles para evitar que esto ocurra.
Entre las principales causas, destacan de forma especial posibles fallos con la batería. La demanda de energía es mayor en invierno y si la batería no se encuentra en estado óptimo, puede dejar de funcionar. El conductor notará que al coche le cuesta arrancar o incluso no puede hacerlo. En muchos casos, es necesario cambiar la batería por una nueva, especialmente si tienen más de cuatro años.
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Otros elementos que pueden fallar
Otra de las causas posibles es un fallo en el motor de arranque. Suele ser uno de los motivos cuando se escucha un chasquido al arrancar y el resto de elementos funcionan correctamente como, por ejemplo, las luces. Además, hay que tener en cuenta que el motor de arranque sufre más con el sistema ‘Start & Stop’ debido a las múltiples operaciones de arranque.
El alternador también puede ser uno de los motivos. Es el responsable de transformar la energía mecánica en eléctrica para recargar la batería. Si la batería está en buen estado y, sin embargo, el coche no arranca, uno de los motivos puede ser éste.
Otra de las posibles causas por las que cuesta arrancar el vehículo es que las bujías ya estén desgastadas cuando se trata de gasolina. Son las encargadas de generar la chispa para comenzar la combustión. También pueden dar problemas los calentadores en los vehículos diésel, que son los responsables de calentar el combustible y, si hace mucho frío, es más complicado.
Por supuesto, los vehículos híbridos y eléctricos no están exentos de sufrir algunas de estas complicaciones, especialmente en las baterías, aunque tienen muchas más ventajas. Por ejemplo, el motor eléctrico es el encargado de arrancar en primer lugar y esto les permite un buen rendimiento sin la necesidad de tener que llegar a una temperatura óptima. Por ello, es difícil que a un vehículo híbrido o eléctrico le cueste arrancar, a no ser que tenga un fallo con la batería.
Consejos para que el coche arranque a la primera
1- Un correcto mantenimiento del vehículo es vital para su buen funcionamiento, especialmente en invierno. Hay que revisar especialmente aquellos elementos que más sufren con el frío como son la batería, motor de arranque, alternador, bujías (gasolina) y calentadores (diésel). No hay que olvidarse de los líquidos como el refrigerante y el aceite.
2- Consultar el estado de la batería. Se puede hacer con un multímetro o acudiendo a un taller. De esta forma, se podrá conocer en qué momento se encuentra la batería y si es necesario cambiarla antes de que dé fallos. La tensión de la batería debe ser superior a 12,2 voltios.
3- Procurar estacionar el vehículo en un aparcamiento cerrado y no dejarlo en la calle, especialmente en los días más fríos.
4- Antes de arrancar, se recomienda esperar a que se apague el testigo de los calentadores que aparece en el cuadro de mandos, especialmente en los motores diésel. El cuadro de instrumentos es una vía muy útil para comprobar que todo está correcto y que no haya testigos encendidos de fallos antes de arrancar.
5- Utilizar productos específicos que aguantan las bajas temperaturas, como el líquido anticongelante, más apropiado para el invierno.
6- No dejar el vehículo estacionado durante un tiempo prolongado. Se recomienda circular con el vehículo con cierta frecuencia para que todos los sistemas se pongan en funcionamiento.
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Periodista especializado en motor desde hace más de 20 años, ha trabajado en diferentes gabinetes de prensa (Federación Española de Automovilismo o Circuito del Jarama) y medios especializados (Motor 16, Marca Motor o Auto Bild). Apasionado de coches, motos y, ahora también, de los cacharros con alas.