Un 34% de los accidentes con víctimas que se registraron en España durante 2022 ocurrieron durante la noche, el atardecer o el amanecer. Estos accidentes provocaron el 43% de los fallecidos (751), lo que confirma la mayor gravedad de los siniestros registrados durante la conducción nocturna.
Los datos de la Dirección General de Tráfico ponen en evidencia un problema que en España ha causado 33.530 siniestros con víctimas en 2022.
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Un curso pionero
Con el fin de reducir estas dramáticas cifras, Volkswagen incorpora en su Escuela de Conducción un nuevo y pionero curso para mejorar la formación de los conductores que se ponen al volante durante las horas de menos luz.
Aunque durante la noche el tráfico disminuye un 60%, todavía hay muchos conductores que prefieren ponerse al volante cuando se pone el sol, bien por una necesidad profesional o para realizar sus desplazamientos en condiciones de menor densidad del tráfico.
El cansancio y la falta de visibilidad suponen un riesgo adicional en este tipo de desplazamientos. El objetivo de Volkswagen con este nuevo curso de conducción nocturna es mejorar la formación de los conductores simulando situaciones reales y alertar sobre los riesgos de conducir durante la noche.
Este curso consta de una parte teórica y otra práctica, con pruebas dinámicas en pista y en paddock. Durante la jornada, se hace especial hincapié en la pérdida de agudeza visual y en la disminución del campo visual, ya que durante la noche, la visibilidad es el mayor hándicap.
La anticipación, clave
Un conductor recibe el 90% de la información del tráfico a través de la vista, y su calidad está condicionada por su capacidad de percepción visual. La capacidad visual durante la noche se reduce de 1/20 y la situación se agrava con condiciones climatológicas adversas.
En las pruebas dinámicas se han incluido diversos ejercicios para que los asistentes aprendan a reaccionar de forma segura ante situaciones que se van a encontrar en la carretera, como un deslumbramiento o un cambio de iluminación en las entradas y salidas de los túneles.
El tiempo de reacción también se ve comprometido durante la conducción nocturna, por eso, durante el curso se realiza una prueba para que el conductor lo compruebe por sí mismo y aprenda a desenvolverse con seguridad en una situación real.
En este sentido, la tecnología juega un papel clave. Los nuevos y modernos sistemas de iluminación y la incorporación de sistemas como el asistente de detección de peatones o la cámara de visión nocturna, mejoran significativamente la seguridad del conductor ante una situación de riesgo.
En el curso se alerta también sobre el peligro que suponen determinadas conductas al volante y el riesgo de conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas. Para ello, se realizan simulaciones con gafas para que los asistentes puedan experimentarlo en primera persona.
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