Boston tiene 3.218 kilómetros de calles y para controlar su estado, lleva a cabo una revisión anual y cuenta, también, con la ayuda de los ciudadanos: pueden recurrir al servicio ‘Boston 311’ para informar de los desperfectos que encuentran. A estas fuentes de información se une, ahora, los datos procedentes de los coches de Mercedes.
Como parte de un programa piloto, la marca alemana pondrá su granito de arena en el mantenimiento de las calles de Boston. ¿Cómo? Mercedes cederá los datos recopilados por los sistemas de suspensión de sus vehículos para ayudar a identificar baches, desniveles y otros peligros del asfalto.
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Las suspensiones de Mercedes
Para ello, Mercedes ha desarrollado un algoritmo que es capaz de procesar datos procedentes de un coche para analizar el estado de la calzada. No solamente registrarán los baches a lo largo de la carretera, también su intensidad y evolución a lo largo del tiempo.
Así las cosas, las suspensiones de los modelos de Mercedes identifican los socavones en el momento en el que tiene lugar una compresión repentina del sistema o un rebote inusual en alguno de los dos ejes. Adicionalmente, el vehículo recopila toda la información del sitio donde ha sufrido un bache gracias a los sensores y a los sistemas de asistencia con los que está equipado.
Datos anónimos
Una vez procesada esta información, los datos se encriptan para que sean anónimos: únicamente entonces se estudian para identificar patrones y los puntos críticos de las calles. Esta información se utilizará para informar a los responsables sobre las áreas donde se necesitan mejoras.
El equipo de análisis de la ciudad de Boston evaluará la eficacia de esta tecnología comparando los datos con los que ya tienen y con los procedentes de las evaluaciones ‘in situ’. El objetivo es identificar escenarios que, de otro modo, no se habrían podido abordar.
Estados Unidos y también Europa
Lo cierto es que no es la primera vez que Boston recurre a la tecnología para mejorar el mantenimiento de parte de sus infraestructuras públicas. Con el mismo objetivo, identificar los defectos de sus calles, han empleado acelerómetros y GPS instalados en teléfonos móviles.
Con este experimento, bautizado como ‘Street Bump’ (‘Bache en la calle’, traducido al español), la ciudad de Boston pudo saber que la mayoría de los problemas estaban causados por cubiertas que, con el paso del tiempo, se habían movido ligeramente o se habían hundido.
Aunque el proyecto piloto con esta ciudad es el primero de la marca alemana en América del Norte, Mercedes ya ha compartido este tipo de información con varios gobiernos europeos.
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