Neumáticos recauchutados: por qué son peligrosos para los coches

Por cuestiones medioambientales cada vez es más importante reciclar los diferentes elementos del automóvil para conseguir un proceso industrial sostenible. Pero en ciertos casos, la reutilización puede acarrear una pérdida de seguridad en el vehículo. Es la conclusión de la prueba con neumáticos recauchutados realizada por el Touring Club de Suiza (TCS) que, en sus consideraciones finales, aconseja evitar este tipo de repuesto. 

La tecnología del recauchutado existe desde hace mucho tiempo y con ella se consigue reemplazar la goma de la banda de rodadura una vez ha llegado a sus límites de desgaste mediante un proceso de vulcanizado. Es una práctica que se aplica habitualmente en los turismos, pero también en vehículos pesados, maquinaria agrícola e incluso coches de competición.  

Y las ventajas de esta práctica son claras. Por un lado, en economía porque estos neumáticos resultan más baratos que los nuevos, y por otro en ecología, ya que evitan fabricar otros nuevos con el consumo de materia prima y energía que conlleva. 

Más económicos y ecológicos, pero no tan eficaces

El club de automovilistas suizo lleva analizando neumáticos recauchutados desde 2003 y desde entonces ya ha constado que no son capaces de mantener una comparación con los nuevos de fabricantes reconocidos.  

El último test realizado por el organismo helvético se ha centrado en la empresa alemana Reinfen Hinghaus, que es el mayor fabricante europeo de neumáticos reciclados, comercializados después bajo la marca King Meiler. Se venden sobre todo por internet y son una alternativa más asequible que los nuevos a la hora de reponer los neumáticos, sobre todo los de gama alta.

Pero tras las minuciosas pruebas realizadas, el TCS constató que conseguían en general malos resultados, sobre todo sobre carreteras mojadas o con nieve y también suspendían en cuanto al ruido producido en su rodadura.

Cómo frenan los neumáticos recauchutados

En las pruebas de frenado de urgencia a 80 km/h, realizadas sobre asfalto mojado, los neumáticos recauchutados sobrepasaban al mejor de los neumáticos nuevos en una distancia equivalente a la de tres pasos de peatones consecutivos. Una diferencia excesiva y que podría suponer un peligro importante para el tráfico.

Y tras las mediciones, los técnicos del club de automovilistas también constataron que los neumáticos renovados eran más imprecisos y presentaban un tacto más esponjoso que los originales, perjudicando las reacciones del vehículo en caso de tener que realizar una maniobra para esquivar a algún peatón u obstáculo.

Iguales por fuera, pero distintos en su interior

Otras deficiencias reveladas en el informe fue su facilidad a experimentar aquaplaning (pérdida de adherencia) cuando se frena sobre una carretera encharcada y una sonoridad de rodadura superior a la de un neumático de nueva factura, tanto en el exterior como en el interior del vehículo.

El informe suizo también hace referencia a posibles causas de estos malos resultados. Así apunta que puede originarse por el tipo de carcasa del neumático usado utilizado para el recauchutado, que difieren en su estructura según el fabricante original. 

Esta circunstancia provoca que exista la posibilidad de que los cuatro neumáticos montados en un automóvil, aunque hayan recibido la misma banda de rodadura en el proceso de recauchutado, sean estructuralmente diferentes y se comporten de una manera distinta en cuanto a agarre y reacciones al volante.

Por otro lado, el TCS apunta que cada fabricante de neumáticos desarrolla sus propias bandas de rodadura, en cuanto al dibujo y a los propios compuestos de la goma, y habría que preguntarse si la calidad de la banda recauchutada se acerca a las que vienen de fábrica en los neumáticos de gama alta. El TCS concluye que, aun estando a favor de la durabilidad en la fabricación de los neumáticos, nunca debe obtenerse en detrimento de la seguridad.