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La nieve ya está aquí: así se conduce con seguridad, según Luis Moya

Luis Moya y Jordi Gené desvelan las claves para circular sin riesgo en condiciones meteorológicas complicadas.

Se han hecho esperar pero las nevadas ya están aquí. Buena parte de España y especialmente las zonas de montaña se están viendo afectadas por este fenómeno, que puede incluso recrudecerse en los próximos días. Y quienes se pongan al volante deberán extremar las precauciones para conducir en unas condiciones especialmente complicadas. Luis Moya, el legendario copiloto español de Carlos Sainz y ahora especializado en formación vial, junto a Jordi Gené, piloto de amplísimo palmarés internacional y también formador de conducción, explican en este vídeo de Volkswagen las claves para circular con seguridad sobre la nieve.

Al margen de la propia conducción, es importante tener en cuenta otra serie de consejos para que los desplazamientos invernales se desarrollen sin incidencias. Estos son los más importantes:

Previsión meteorológica

El paso número uno para conducir en invierno. Imprescindible, porque jugaremos con ventaja si sabemos a qué nos vamos a enfrentar cuando emprendamos la marcha. No es lo mismo conducir con lluvia que enfrentarse a la niebla más opaca, así que conviene estar prevenido.

Equipamiento específico

A parte de tener a mano el chaleco reflectante, no estará de más viajar con otros elementos que tal vez sean necesarios en algún momento. Una manta, una linterna (y sus pilas), una espátula de plástico para rascar el hielo y un pequeño botiquín con material básico de primeros auxilios. Conviene también salir con la batería del móvil cargada: nunca sabemos cuándo el teléfono puede convertirse en una potente máquina de geolocalización.

Estado del coche

El aceite y los filtros, el líquido de frenos y el anticongelante y, además, el del limpiaparabrisas. Están ahí siempre, pero conviene revisarlos antes de ponerse en carretera. Fundamental también, para conducir en invierno, cerciorarse de que las escobillas de los limpiaparabrisas estén en buen estado; cambiarlas es barato y se puede hacer en casa. Y, por supuesto, otra recomendación importante: emprender la marcha con el depósito lleno.

Neumáticos y cadenas

Comprobar que los neumáticos no presentan cortes y que no están cuarteados, que su dibujo no es menor de 1,6 milímetros (el mínimo permitido por ley) y que la cubierta en general está en buenas condiciones son aspectos que hay que atender siempre de iniciar cualquier viaje, aunque tal vez sea más necesario cuando se van a enfrentar a condiciones potencialmente duras.

Una vez hechas las comprobaciones, hay que asegurarse de que la presión es también la adecuada (el fabricante del coche indicará el nivel adecuado en la pegatina del marco de la puerta). En cuanto a las cadenas, es preferible aprender a colocarlas con buen tiempo y con paciencia, sin esperar a vernos sorprendidos por una situación en la que sean imprescindibles. Su colocación resulta sencilla, pero mejor practicar sin tener los dedos ateridos por el frío.

Iluminación

En invierno, las horas de luz se ven reducidas notablemente y conducir con niebla no es algo inusual. Por ello, habrá que optar por las luces cortas, de cruce o antiniebla, y haber revisado su estado antes de iniciar el trayecto. La recomendación habitual es cambiarlas cada dos años o cada 50.000 kilómetros.

Limpieza del vehículo

La importancia de la visión es, en esta época del año, más relevante si cabe que en otras situaciones con tiempo más favorable. Por ello, no solo el parabrisas deberá estar en perfecto estado, sino que también habrá que dedicar tiempo a eliminar cualquier elemento que reste visibilidad de los espejos y de los demás cristales del vehículo.

Hay que hacerlo por dentro y por fuera, manteniendo el vaho bajo control y quitando cualquier rastro de hielo con una espátula de plástico y mucho mimo.

Al volante

Luis Moya y Jordi Gené dan en el vídeo los consejos básicos para conducir en condiciones complicadas. Como resumen, se podría decir que para conducir en invierno, nada de acelerar bruscamente, marchas largas, menor velocidad y el freno, a raya, recurriendo a él lo menos posible y siempre con suavidad. Con climatología adversa hay que prever todo lo posible cualquier maniobra y aumentar la distancia de seguridad, ya que el recorrido de frenado se incrementa significativamente en pavimentos deslizantes.

Contra el viento, las manos firmes al volante, y con nieve, es recomendable seguir las rodadas de los coches que han precedido al nuestro, siempre que estemos seguros de que no se han hecho placas de hielo, en cuyo caso será preferible circular sobre la nieve virgen. El consejo fundamental: que la paciencia y la prudencia sean compañeras del viaje.

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