Abrir la puerta del coche a la holandesa: ¿por qué se debe hacer así?

Esta técnica de seguridad recibe su nombre porque es originaria de Países Bajos, donde se utiliza para proteger a los ciclistas y a los ocupantes del vehículo.

abrir puerta coche
Bajar del coche a la holandesa evita muchos accidentes.

En los últimos años la movilidad en las ciudades se ha transformado y numerosos vehículos de dos ruedas se han sumado al tráfico habitual. Normalmente circulan por la derecha, en el carril más próximo a la fila de coches aparcados y los accidentes se han multiplicado por la inesperada apertura de una puerta a su paso. 

Para evitarlo y no causar un siniestro, el conductor que haya estacionado y sus acompañantes deberán tomar precauciones. Y la más eficaz es bajarse del vehículo abriendo la puerta a la holandesa, una manera que resulta más segura y que recomienda la Guardia Civil de Tráfico para evitar accidentes. No solo para los ocupantes en caso de atropello, sino también para otros usuarios de la vía. 

Abrir la puerta ‘a la holandesa’

Holanda es un país donde el uso de la bicicleta está generalizado desde hace muchas décadas. Y es allí donde se ha hecho habitual esta técnica de seguridad que protege a los ciclistas, pero también a los usuarios de patinetes y motoristas que pueden toparse de improviso con una puerta en su camino. 

Para bajarse del coche ‘a la holandesa’, hay que abrir la puerta con la mano contraria a esta. Es decir, para salir desde el asiento del conductor, habrá que accionar la manija de apertura con la mano derecha. Y actuar de forma inversa, con la mano izquierda, si se abandona el vehículo por la derecha. Habrá que hacerlo sin precipitarse, tomándose el tiempo necesario para mirar bien hacia atrás antes de salir del coche. 

Cuidado con el ángulo muerto

Las ventajas de utilizar la apertura holandesa (dutch reach en inglés) son fáciles de comprender, porque obliga a girar el busto hacia el lado por donde se va a bajar. Y así permite controlar por los retrovisores a los vehículos que se aproximen y, al tiempo, percibir directamente si alguno se encuentra escondido por el ángulo muerto posterior. 

Esta sencilla verificación puede evitar que otros usuarios colisionen con una puerta abierta de forma precipitada. Sobre todo, en el caso de los vehículos más vulnerables de dos ruedas, como patinetes, bicicletas o motos, cuyos usuarios pueden sufrir graves lesiones.  

Aunque el coche esté ya detenido en su lugar de estacionamiento, el conductor debe seguir prestando atención a la circulación. Antes de bajarse del vehículo, tiene que proceder de forma correcta (a la holandesa) siguiendo estos pasos:  

  • Apagar el motor.  
  • Poner siempre el freno de mano.  
  • Desabrochar el cinturón de seguridad.  
  • Verificar por medio de los tres retrovisores que ningún vehículo de dos ruedas se aproxime por detrás (por la calzada o bien por algún carril especial).  
  • Girar el cuerpo y sujetar la manija de la puerta izquierda con la mano derecha.  
  • Asegurarse de nuevo en el retrovisor izquierdo si se acerca algún vehículo que no hayamos visto antes.  
  • Mirar directamente hacia atrás para descartar cualquier presencia inadvertida en el ángulo muerto.  
  • Abrir parcialmente la puerta y volver a mirar si se aproxima algún vehículo por detrás y bajar solo si es seguro. 

Después de abandonar el vehículo es recomendable cerrar rápidamente la puerta y abandonar lo antes posible la calzada. Y los pasajeros, al abrir sus puertas correspondientes, deberán proceder igual, pero usando la mano izquierda los que se bajen por el lado derecho. 

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