Una señal de tráfico de color dorado con una forma que genera debate: hay quien cree que es una flor, otros una estrella, parte del caparazón de una tortuga, un dibujo arabesco… Puede estar enmarcada en un cuadrado del mismo color y todos se hacen la misma pregunta: ¿qué indica?
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Esta señal ha sido incorporada al Código de Circulación de Francia en 2025 y muchos conductores galos todavía no conocen su significado. Ha sido creada para fomentar una conducción más respetuosa con el medio ambiente
Conocida, oficialmente, como ID15c, invita a los conductores a evitar cualquier acción al volante que pueda dañar la biodiversidad. A diferencia de otras señales de tráfico, esta tiene un enfoque educativo y no está asociada a una multa directa.
¿Qué significa la señal ID15c?
Suele estar ubicada en reservas naturales y áreas con biodiversidad amenazada para indicar su presencia. Recomienda a los conductores llevar a cabo las siguientes acciones:
- Moderar la velocidad y respetar los límites en las áreas protegidas.
- Prohibición de arrojar residuos fuera de las zonas designadas.
- Limitar el uso del claxon: el ruido puede perturbar la vida silvestre local y alterar el ecosistema.
- Incrementar la atención: pueden aparecer animales.
El principal objetivo de esta nueva señal de tráfico es reducir el impacto humano sobre los ecosistemas frágiles, fomentando una conducción más respetuosa con el medio ambiente. Al adoptar esos comportamientos, los conductores contribuyen activamente a su preservación.
Cambiar la actitud de los conductores
De paso, las autoridades francesas aprovechan para pedir a los conductores que apuesten por un estilo de conducción más suave y atento. Pretenden, de paso, que extiendan esas buenas prácticas a todos sus viajes.
Al reducir la velocidad y ser más conscientes de su entorno, creen que los conductores reducirán su impacto ecológico y mejorarán tanto su seguridad como la de los demás usuarios de la carretera. Por otro lado, dan por hecho que desarrollarán una conciencia más ecológica al volante.
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Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.