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Dentro del catálogo de infracciones, saltarse un semáforo en rojo figura entre las graves. Pero ¿qué pasa cuando está en ámbar? Esta cuestión causa dudas entre los conductores: ¿está permitido acelerar para pasarlo antes de que cambie de color?
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En Alemania pueden ir tan rápido como quieran, pero no darás crédito a la velocidad media de sus conductores Como ocurre muchas veces, la respuesta a esta pregunta está recogida en el Reglamento General de Circulación (RGC). Concretamente, el artículo 146 establece que una luz amarilla fija equivale a una roja y, por lo tanto, obliga a todos los vehículos a detenerse.
La parada se deberá llevar a cabo con cuidado de no ocasionar peligro alguno como, por ejemplo, una colisión por alcance al no haber espacio suficiente para frenar.
Motivo por el que la Dirección General de Tráfico (DGT) recuerda que, cuando el semáforo pasa de verde a ámbar, no hay que frenar de manera brusca: hay que reducir la velocidad poco a poco. Tampoco se debe pisar a fondo el acelerador para pasarlo antes de que cambie a rojo.
En este caso, el conductor estaría cometiendo una infracción grave, la de saltarse un semáforo. También podría incurrir en otras como conducción temeraria o exceso de velocidad, si supera el máximo de la vía.
La excepción de la norma
El propio artículo 146 del RGC contempla la excepción de esta norma porque establece que “una luz amarilla intermitente o dos luces amarillas alternativamente intermitentes obligan a los conductores a extremar la precaución y, en su caso, ceder el paso. Además, no eximen del cumplimiento de otras señales que obliguen a detenerse.”
Por lo tanto, cuando la luz ámbar de un semáforo es intermitente, el conductor no está obligado a detener su vehículo: sí tendrá que ceder el paso a todos los peatones que vayan a cruzar.
La multa
Saltarse un semáforo en ámbar o en rojo está catalogado como una infracción grave. O lo que es lo mismo: el conductor deberá pagar cierta cantidad y, también, perderá puntos.
No respetar un semáforo en rojo implica una multa de 200 euros y la resta de cuatro puntos en el carnet de conducir. Si el conductor se acoge a la fórmula del pronto pago, podrá reducirla a 100 euros.
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