Hay estructuras viales que son verdaderas maravillas de la ingeniería. Para salvar las irregularidades del terreno, los ingenieros tienen que idear soluciones factibles y duraderas.
Algunas de estas carreteras se acaban convirtiendo en obras faraónicas que parece desafiar las leyes de la naturaleza. Estructuras de kilómetros y kilómetros de longitud suspendidas a grandes alturas, sustentadas por pilares que parecen no tener fin; túneles interminables que cruzan montañas de lado a lado… Los ejemplos son varios.
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Entre ellos, destaca la Yaxi Expressway, una autopista china que muestra hasta dónde puede llegar la ingeniería civil. Esta vía de alta capacidad es un tramo que une la ciudad de Pekín con la de Kunming.
Uno de los rasgos más destacables de su construcción son los más de 270 viaductos que sustentan la calzada. La particularidad de estos elementos es que, para salvar los desniveles, van creciendo en altura entre uno y otro en unos siete kilómetros. Como consecuencia, la carretera parece que se va elevando mientras rodea la montaña.
Yaxi Expressway, una obra de 3.000 millones de dólares
Por la forma de su trazado, esta autopista china también es conocida como ‘la escalera al cielo’. La distribución progresiva en altura de los pilares crea esa sensación de ir subiendo hacia las nubes que envuelven la montaña.
Además de estos pilares, a lo largo de la Yaxi Expressway también se pueden encontrar hasta 25 túneles diseñados en forma de espiral. Esta característica forma se ideó para reducir el impacto de la construcción sobre la montaña. La más larga de estas galerías es el túnel Nibashan, con una longitud máxima de 10.007 metros.
El Gobierno chino fue el encargado de comenzar esta obra faraónica que costó, al cambio, algo más de 2.700 millones de euros actuales. Toda la obra, durante la que los obreros se enfrentaron a grandes riesgos por las irregularidades del terreno, se acabó en apenas cinco años.
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Graduada en Periodismo por la Universidad de Zaragoza, su primer contacto con el mundo del motor fue en los mundiales de MotoGP y Superbikes. Dio el salto al periodismo de motor hace cinco años y, desde entonces, sigue todo lo que tenga ruedas, especialmente si es made in Italy.