La electrificación del automóvil plantea interesantes desafíos tecnológicos que deberán ir resolviéndose a medida que la implantación de estas motorizaciones sin emisiones se generalice. Uno de ellos es el de los dispositivos de frenada, con especificaciones diferentes a los convencionales por las características también especiales de estos modelos. Continental acaba de presentar su concepto ‘New Wheel’ (nueva rueda, en inglés), que precisamente intenta dar respuesta a este reto de los coches eléctricos.
Su propuesta se basa en una llanta a la que se acopla una pieza con forma de estrella que, a su vez, permite anclar un gran disco de freno desde el interior de la rueda, uniéndose este conjunto a los bujes. En la mayoría de los sistemas actuales, los frenos se montan sobre un buje que también sujeta la llanta, por lo que la idea de Continental resulta radicalmente distinta. Las piezas son de aluminio para reducir el peso del conjunto, mientras que el mayor diámetro de los discos (prácticamente el mismo que la llanta) aumenta la capacidad de frenado y propicia la disipación del calor.
Otra ventaja de este sistema es que los discos de aluminio sufren un desgaste inferior al de los fabricados en hierro fundido. Las pastillas también soportan una menor exigencia y su sustitución es más sencilla, además de recurrir a pinzas más ligeras pero también más rígidas. Por si todas estas ventajas fueran poco, el ‘New Wheel’ es más silencioso de funcionamiento, se disminuyen los chirridos frecuentes en otros sistemas de frenados, una cualidad que desde Continental resaltan especialmente por la concepción general de los coches eléctricos.
La marca alemana presentará oficialmente el dispositivo durante el próximo Salón del Automóvil de Fráncfort del mes de septiembre, momento en que se espera desvele cuándo empezará a estar disponible para su montaje en automóviles de producción.
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