El BMW i Vision Circular adelanta el compacto del futuro para BMW, un modelo de dimensiones contenidas, pero de gran habitabilidad interior, con una mecánica 100% eléctrica y que pone el foco en el reciclaje y la economía circular.
Es un compacto de cuatro metros de longitud, con un interior pensado para cuatro personas. Sus voladizos cortos, prácticamente inexistentes, hacen hueco para una distancia entre ejes mayor. Y esto, sumado a la línea del techo ascendente, permite que el espacio para los ocupantes sea más amplio.
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Se ha desarrollado pensando en la economía circular, ya que BMW busca nuevas maneras de conseguir reducir la huella de CO2 de sus vehículos durante todo su ciclo de vida. Esto ya se aplica al uso de mecánicas sin emisiones (aunque en este caso no se han concretado datos de potencia o batería), pero en este prototipo también está presente en cuatro principios de la marca:
- RE:PIENSA: Se examinan los procesos y las tecnologías de fabricación para rediseñarlos y permitir ciclos de materiales cerrados
- RE:DUCE: Una rigurosa reducción del número de componentes para rebajar el coste material de la producción del vehículo
- RE:USA: El objetivo es enriquecer el producto con actualizaciones para alargar la vida útil del mismo, tanto a nivel tecnológico como de diseño, pues algunas piezas se desmontan fácilmente y facilitan al usuario su sustitución
- RE:CICLA: Se usan materiales reciclados y uniones que puedan deshacerse fácilmente (cordones, botones de presión y cierres rápidos) para que así cueste menos reemplazarlos.
El resultado de todo esto es un modelo que puede reciclarse por completo, por lo que todos sus materiales podrían tener una segunda vida, reduciendo el impacto ecológico que suponga la producción del coche.
Aunque el foco está en la economía circular, desde BMW también se han permitido llevar a cabo un trabajo de diseño interesante. En el exterior se reinterpreta la característica parrilla de doble riñón de la marca, transformada aquí en dos secciones que integran hasta los grupos ópticos. Por otra parte, el parabrisas y el techo están formados por una única superficie continua de cristal y la zaga es minimalista.
Lo mismo ocurre en el habitáculo, que emplea materiales biológicos y cuenta con muchos elementos impresos en 3D (como el volante). Destaca el salpicadero, que prescinde de controles tradicionales para crear una interfaz de usuario que ocupa toda la zona central.
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