Tarde o temprano tenía que llegar, y parece que el futuro más próximo también va a ser eléctrico en el mundo de la motocicleta. Los motores de combustión tienen los días contados en Europa para el año 2035 y este es el paso intermedio más equilibrado antes de la electrificación total. Así, la industria de las dos ruedas, que va algo rezagada respecto a la automovilística en este sistema de propulsión, empieza a mostrar sus cartas.
Y la primera fábrica ha sido Kawasaki. Más allá de patentes y prototipos de salón, la marca de Akashi ha dado el pistoletazo de salida, en una demostración sorpresa, mostrando una moto completamente funcional que recorrió el trazado de Suzuka antes del comienzo de la famosa carrera de 8 horas del circuito japonés.
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Amalgama de componentes
Para poner en contexto, los motores híbridos, son aquellos que cuentan con doble propulsión. Por un lado, un motor clásico de combustión interna de gasolina, que se combina con un segundo motor, en este caso eléctrico, junto con una batería, que se recarga mientras está en marcha o mediante las frenadas gracias a la energía cinética. Las variantes enchufables son aquellas que, además, permiten la recarga mediante la conexión a la red eléctrica.
En el caso de este modelo de Kawasaki, aunque no existe todavía anuncio oficial sobre las especificaciones de la moto, por lo que se aprecia en las imágenes, el motor de combustión se basa en el diseño de los utilizados en los modelos de la Ninja 250 y Ninja 400, cosa que se aprecia también en la similitud del escape.
Por su parte, tanto el sistema frenos, como la horquilla y el guardabarros delantero parecen heredados de la Ninja 650. La zona posterior se aprecia más voluminosa, debido a que lleva acoplada la batería de 48 voltios utilizada para alimentar el motor eléctrico. Una batería más pequeña y convencional de 12 voltios es la encargada de los elementos del sistema eléctrico.
Hibridación en las motos
El sistema híbrido de Kawasaki dispone de un propulsor eléctrico montado sobre la transmisión, justo debajo de los conductos de transmisión del motor térmico y conectado a la caja de cambios a través de su propio embrague de accionamiento eléctrico. Cabe destacar que no posee maneta de embrague ni palanca de cambios física.
Para efectuar los cambios, existe un interruptor situado en el lado izquierdo del manillar. Con este tipo de cambio semiautomático se suaviza la transición entre el modo eléctrico y la propulsión de combustión interna. La idea es que en entornos urbanos se circule usando el propulsor eléctrico sin emisiones.
Por su parte, en autovías o autopistas donde la velocidad es constante, el motor de combustión puede recargar la batería, así cuando se necesite el máximo rendimiento, ambos propulsores pueden trabajar al unísono para ofrecer una mejor aceleración y velocidad máxima. El resultado debería ser una moto que utiliza menos combustible que una moto convencional, de unos 400cc, pero que tiene el rendimiento de una moto de mucha mayor cilindrada.
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Entusiasta del motor en toda su magnitud, preferiblemente los V12. Le dijeron que cuatro ruedas eran mejor que dos, por eso se compró otra moto. Claro que también le apasiona cuando van las cuatro juntas. Ha trabajado como creativo publicitario para muchas marcas de coches y motos e hizo la mili en esto de juntar letras en la editorial Luike.