Tras los ADAS de los coches llegan los ARAS a las motos

Las ayudas a la conducción cada vez ganan más peso para mejorar la seguridad vial, ya sea en automóviles o motocicletas.

ARAS

Foto: Getty Images

Desde el pasado seis de julio de 2022, todos los nuevos turismos y furgonetas homologados en Europa deben montar varios sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS, por sus iniciales en inglés). Ocho dispositivos que ayudarán a reducir la siniestralidad y evitarán 25.000 muertes y 140.000 heridos graves en la carretera durante los próximos 15 años.

Los automóviles deben incorporar de serie, al menos, estos ocho sistemas: detector de somnolencia, asistente de velocidad inteligente, alerta de tráfico cruzado, caja negra, Alerta de cambio involuntario de carril, sistema de frenado de emergencia, inhibidor de arranque con alcoholímetro y alerta de uso del cinturón en todas las plazas. Además, se irá regulando la presencia obligatoria de otros ADAS gradualmente.

En el mundo de las dos ruedas, aunque todavía no es obligatoria su instalación, muchos fabricantes ya llevan unos años incorporando los denominados ARAS, siglas de ‘advanced riding asistant systems’, es decir, sistemas avanzados de asistencia a la conducción. En el caso de las motocicletas, hasta ahora, solo algunas de las grandes marcas (en los modelos más altos de su gama) están montando estos sistemas.

Siniestralidad en moto

Los motoristas son uno de los colectivos más vulnerables en la carretera. Carecer de una carrocería que proteja a los ocupantes hace que, en caso de sufrir un accidente, las consecuencias sean más graves. Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), el riesgo de morir de un motorista es 17 veces superior al del conductor de un turismo.

Un total de 286 motoristas perdieron la vida el año pasado, 45 más que en 2022, y esto ha llevado a la DGT a implementar durante los próximos meses una serie de actuaciones que redunden en la seguridad de los usuarios de motocicletas. Aunque algunas no están gustando al colectivo motero: como la prohibición de utilizar cascos jet para los trayectos en carretera, o la obligatoriedad de realizar un curso si se quiere acceder a conducir motos de hasta 125 centímetros cúbicos con el carnet B de coche.

Ayudas a los motoristas

Las motocicletas que también emplean los sistemas de ayuda al conductor, al igual que los automóviles, están ayudando a reducir la siniestralidad en carretera. El mayor fabricante de muchas de estas asistencias al conductor, Bosch, argumenta que uno de cada siete accidentes de motoristas, el 14%, podrían evitarse si la moto contara con ARAS.

La labor de estos dispositivos se basa en la lectura continua de todos los parámetros de la moto para que el cerebro electrónico que los controla sepa en todo momento la situación y el comportamiento del vehículo.  

Este cerebro electrónico denominado Plataforma Inercial (IMU) es el encargado de gestionar los asistentes electrónicos. La IMU combina acelerómetros y giróscopos que controlan los movimientos longitudinales, laterales y grados de inclinación y balanceo junto a la aceleración.

ARAS para moto

Como ya se ha descrito, la disponibilidad de estas ayudas para el piloto pueden variar según el fabricante y el modelo de la motocicleta. En pocos años todos los fabricantes del sector de la dos ruedas habrán implementado los ARAS en su catálogo. Entre los sistemas que ya se pueden encontrar hoy en día, destacan:

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