Mide casi cinco metros de largo, dos de ancho y pesa más de dos toneladas. Con estos datos es obvio pensar que nos referimos a un coche grandote, de esos familiares un tanto insulsos y en los que se impone la funcionalidad a cualquier otra cualidad. Sin embargo, nada más lejos de este prejuicio tratándose del RS 6 de Audi. En efecto es la carrocería Avant, la ranchera de la gama, pero bajo su capó encontramos la clave del asunto….
No puede ser éste un familiar convencional cuando se mueve gracias al empuje de un motor de gasolina de ocho cilindros configurados en V, con turbo y una impresionante potencia de 560 CV. Si a este prodigio unimos un sensacional cambio automático (con mando secuencial y levas en el volante) de ocho relaciones, la tracción integral Quattro de la marca y una sofisticada electrónica que nos permite regular diferentes parámetros del vehículo dependiendo de nuestras necesidades puntuales obtenemos un resultando fascinante.
El único dilema que podemos plantearnos es si tiene sentido disponer de semejante potencia a la vista de la realidad de nuestras carreteras (que no son las de Alemania, claro está). Porque aunque Audi ha conseguido reducir de forma significativa los consumos, sigue siendo un coche que gasta y contamina, lo que tampoco está muy bien visto en esto tiempos que corren. Pero ciñéndonos a una visión más pasional del asunto, la que se debe tener con un coche así, lo cierto es que el RS 6 es una auténtica pasada. Acelera como un misil, su ritmo en carretera es altísimo, es ágil y divertido en tramos virados, no se descompone nunca pese a su tamaño y nos regala una sensación de control (además de seguridad) que nos hace creer que de verdad conducimos bien…
Si no tenemos problemas para pagar lo que cuesta ni la gasolina que gasta, la verdad es que el RS 6 sintetiza la excelencia sobre cuatro ruedas como pocos automóviles lo hacen. Y todo, sin llamar demasiado la atención, con cuatro buenas plazas y un estupendo maletero.
Lo mejor. La combinación de su poderoso motor V8 con las bondades de su chasis se traduce en un conjunto entusiasmante, que permite disfrutar al volante como con ningún otro coche en su estilo. Una auténtica maravilla…
Lo peor. Aunque esta versión es mucho más eficiente que las anteriores, lo cierto es que para sacar todo el partido de este familiar deportivo hay que ‘alimentarlo’ convenientemente, así que los consumos no son en absoluto bajos…
Conclusiones. – Bajo una carrocería familiar se esconde el corazón de un pura sangre, un V8 de 560 CV que hace del RS 6 un coche rapidísimo. – Su comportamiento dinámico es comparable al de un deportivo de alta gama. – Los acabados, el equipamiento y la tecnología de esta versión se encuentran al nivel de los casi 130.000 euros que cuesta.
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