El nuevo Kia Sportage sube el listón de los SUV compactos

La quinta generación del modelo supone un significativo paso adelante en todos los sentidos y se convierte en una referencia del segmento.

Kia ha vendido 2,5 millones de unidades del Sportage en todo el mundo desde el lanzamiento de su primera generación en 1993, 160.000 de ellos en el mercado español. Son cifras elocuentes sobre la importancia de este modelo para la marca coreana, que ahora llega a su quinta entrega con una ruptura total con lo visto hasta el momento.

Se trata de un SUV compacto, la categoría que acaparó el pasado año el 30% de las ventas en España, fabricado en la planta de Zilina (Eslovaquia) y diseñado, por primera vez en la historia, para satisfacer las exigencias y gustos de los clientes europeos, tanto en su diseño como en su dinamismo y, por supuesto, en la oferta de mecánicas incluyendo las electrificadas.

Para competir en un segmento tan concurrido no sirven medias tintas. Kia ha echado el resto con un Sportage que es claramente superior al anterior, empezando por la estética personalísima de su carrocería de 4,51 metros, que son tres centímetros más que la precedente.

También es ligeramente más ancho y alto, aunque principalmente es mucho más atractivo. Tiene un aspecto poderoso, comenzando por una imponente parrilla rodeada por unas luces diurnas de LED. Numerosos elementos cromados refuerzan sus líneas esenciales, hasta llegar a una zaga del mismo modo original y contundente. El conjunto se remata con llantas de aleación entre 17 y 19 pulgadas. Cualidades todas que se refuerzan en las versiones GT Line, de estética más deportiva y diferencias a primera vista por un techo siempre en color negro.

Interior a otro nivel

Y si por fuera el nuevo Sportage no deja indiferente, una vez se cruza en umbral de sus puertas la sensación resulta incluso más convincente. Kia asegura que ha querido ir un paso más allá en cuanto a la calidad del producto, pensando también en las exigencias de los clientes europeos. Lo cierto es que lo consigue con creces, tanto en cuanto a los materiales utilizados, sus acabados, el equipamiento desde la versión más básica y los asistentes a la conducción.

Es un interior cuidado y tecnológico, con múltiples detalles que hablan del esmero puesto en su producción y el protagonismo indiscutible, en las variantes superiores, de una instrumentación compuesta por una doble pantalla de 12,5 pulgadas cada una.

Sportage
El interior del Sportage está cuidado con esmero.

Esta espectacular perspectiva recuerda a modelos de marcas premium, un gran panel desde el que controlar cada una de las funciones del coche. Sin embargo, Kia ha mantenido algunos botones, que combinados con ese funcionamiento digital hace más sencillo y seguro acceder a determinadas operaciones.

La habitabilidad es más que correcta, tanto en las plazas delanteras como en las traseras. En estas últimas, sin embargo, la anchura disponible para tres ocupantes es justa, algo incomodo el asiento central (lo que, dicho sea de paso, ocurre ya en un gran número de automóviles, sean del tipo que sean). En cuanto al maletero, su capacidad cambia dependiendo de la versión (las electrificadas requieren más espacio) pero en todos los casos superan los 500 litros y en el mejor de ellos roza los 600.

El despliegue tecnológico tampoco se queda atrás. Larguísimo sería enumerar todas las funcionalidades y ayudas a la conducción del nuevo Sportage, así que mejor repasar algunas de las que pueden ser más apreciadas por los usuarios: retrovisores por cámara en la instrumentación, volante y asientos calefactables, asistente de aparcamiento, carga inalámbrica de teléfonos móviles, mantenimiento de carril, luces de carretera automáticas, reconocimiento de señales, control de la presión de los neumáticos…

Todo ello se estructura en torno a los niveles de equipamiento Concept, Drive, Tech y GT Line, además de dos paquetes opciones que sirven para mejorar los acabados intermedios.

Oferta mecánica

Kia aspira a que cualquier cliente interesado en un SUV de estas características encuentre en el nuevo Sportage una opción interesante, compitiendo incluso con su primo hermano, el exitoso Hyundai Tucson. Es así como la gama de motores cubre todas las tecnologías, con la excepción de la 100% eléctrica que llegará en el futuro con una plataforma diferente y dentro de la familia EV.

En combustión pura, ofrece un gasolina 1,6 litros de 150 CV y un diésel del mismo cubicaje y 116 CV (que llegará a los concesionarios en las próximas semanas). La hibridación ligera de 48 V se encuentra igualmente en el diésel 1,6 (136 CV) y dos de gasolina con rendimientos de 150 y 180 CV. El siguiente escalón es un híbrido no enchufable sobre la misma base 1.6 que eleva la potencia hasta los 230 CV, siendo el tope de gama el híbrido enchufable (con batería de 13,8 kWh) de 265 CV y la correspondiente etiqueta Cero de la DGT.

La transmisión, según la versión, es manual de seis relaciones o automática de seis o siete marchas, mientras que la tracción es siempre delantera excepto en el diésel más potente y en el híbrido autorrecargable, que cuentan con un sistema integral.

Prueba superada

La presentación del nuevo Kia Sportage ofreció una breve toma de contacto con el vehículo, por carreteras nacionales y autovías. La versión utilizada fue la de gasolina microhíbrida de 48 V y 150 CV de potencia, con cambio automático de siete velocidades. Una combinación que se mostró más que suficiente para mover un coche de sus dimensiones y peso, sin prestaciones espectaculares pero solvente ante las exigencias al acelerador. Quienes busquen más aceleración o viajen siempre a plena carga pueden optar a la versión superior de 230 CV, aunque esta se antoja suficiente para el conductor medio.

Lo que resulta muy convincente es la ayuda eléctrica al trabajo del propulsor, que sirve para mantener los consumos en unos promedios ajustados. Durante el recorrido se obtuvo un promedio de 7,8 litros por cada cien kilómetros, una cifra fácil de lograr incluso sin ser demasiado cuidadosos con el acelerador.

El comportamiento dinámico se revela correcto. No es el SUV más dinámico o ágil del mercado, pero disfruta de mucho aplomo en vías rápidas y es bastante cómodo, ideal para una utilización familiar. La caja de cambios automática funciona con precisión y efectividad, no tanto como una dirección que podría ser más sensible y cómplice con quien la maneja.

Sportage
La trasera del Sportage rebosa personalidad.

En cuanto a la sensación general en el habitáculo, solo se puede calificar como sobresaliente. Cierto es que Kia ha subido en la escala de tarifas, pero lo justifica con un producto cuidado y fiable, equipado como los mejores y con una calidad percibida que se acerca a la de marcas de mayor relumbrón. En el caso del acabado GT Line, poco hay que echar de menos, incluso la dotación llega a desbordar en un primer momento por la ingente cantidad de sistemas disponibles.

La amplísima gama, ya desde el lanzamiento, del Sportage arranca en 29.875 euros y llega hasta los 50.375 euros. Sin embargo, la marca ofrece diferentes promociones y descuentos que pueden alcanzar los 7.125 euros, con lo que los precios venta al público son más ajustados.

Así, la versión básica se queda en unos interesantes 23.500 euros y se puede sacar del concesionario un GT Line 4×4 con cambio automático y 180 CV por 38.329 euros. Cantidades, por tanto, muy competitivas en el segmento y con la ventaja de la entrega inmediata de unidades que garantiza Kia para la mayoría de las versiones, sin olvidar tampoco los habituales siete años de garantía de la marca.

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