Los utilitarios de Peugeot han sido siempre una referencia en Europa, y la llegada del 208 da continuidad a una exitosa saga que comenzó con el 205 y ha seguido con los 206 y 207. El modelo francés se enfrenta en esta prueba al Seat Ibiza, líder en España, y al VW Polo, uno de los modelos europeos más populares. El cuarteto lo completa el Mazda 2, la alternativa japonesa. Todos se han elegido con carrocerías cinco puertas y motores turbodiésel bajos de gama, que ofrecen prestaciones correctas y consumos mínimos, la combinación más racional.
Se impone el Peugeot 208, que sigue las tendencias de moda en imagen, calidad y eficiencia. Tiene el diseño más moderno, una presentación interior superior a las de sus rivales y unas suspensiones e insonorización que hacen sentirse en un coche más grande.
Y solo la ergonomía y los asientos delanteros, pequeños y estrechos, penalizan un confort sobresaliente en lo demás. Además, prima la eficiencia con un trabajo a fondo que ha permitido reducir el peso hasta 110 kilos. Y las versiones turbodiésel incluyen de serie el sistema Start&stop, que reduce los consumos en ciudad. El 208 se vende en carrocerías de tres y cinco puertas con tres motores de gasolina: 1.2, 1.4 y 1.6 VTi de 82 a 120 CV (de 11.250 a 15.500 euros). Y hay tres turbodiésel: 1.4 HDi de 68 CV y 1.6 e-HDi de 92 y 115 CV (de 12.200 a 16.800).
El Seat Ibiza se alza al segundo puesto y sigue en plena forma. Siempre ha destacado por su imagen, que le hace parecer más grande que sus rivales, pero su punto fuerte es el comportamiento dinámico, con un equilibrio impecable entre estabilidad y confort: se conduce con facilidad, es estable y seguro, y se muestra cómodo en cualquier trazado. Además, tiene también la gama más amplia, con carrocerías de tres y cinco puertas, y familiar (ST). Y se vende con seis motores de gasolina: 1.2 de 60 y 70 CV, 1.4 de 85, 1.2 TSi de 105 y 1.4 TSi de 150 (de 11.950 a 19.360 euros) y cuatro turbodiésel: 1.2 TDi de 75 CV, 1.6 TDi de 90 y 105 CV y 2.0 TDi de 143 CV (de 15.680 a 19.250).
El VW Polo es otro clásico, y mantiene ese aire inconfundible de la marca alemana, con una línea de trazos cuadrados que busca la amplitud y unos mandos intuitivos y fáciles de usar. Destaca por su comodidad y calidad de conjunto, y es el que menos ha gastado en la prueba. Pero cuesta como el 208 y viene menos equipado que los demás. Se vende en carrocerías de tres y cinco puertas con cinco motores de gasolina: 1.2 de 60 y 70 CV, 1.4 de 85, 1.2 TSi de 105 y 1.4 TSi de 180 (de 13.140 a 24.450 euros). Y hay tres turbodiésel: 1.2 TDi de 75 CV y 1.6 TDi de 90 y 105 CV (de 15.790 a 18.500).
El Mazda 2 sorprende por su agilidad y ofrece las mejores prestaciones, con una respuesta y comportamiento más deportivos, aunque más exigentes con el conductor. A cambio gasta casi un litro más que los demás, pero lo compensa con un precio más asequible, al menos en la versión de la prueba. Se ofrece en carrocerías de tres y cinco puertas con tres motores de gasolina, 1.3 de 75 a 102 CV (de 12.990 a 15.050 euros) y un 1.6 turbodiésel de 95 CV (desde 16.200 euros).
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