Hace poco se presentaba la cuarta generación (la tercera no llegó a Europa) del Mitsubishi Outlander PHEV, uno de los híbridos enchufables con más solera y reconocimiento en España.
Con una carrocería totalmente remodelada, pero manteniendo la esencia de su predecesor, este SUV japonés tiene una presencia imponente. Mide 4,72 metros de longitud, 1,86 metros de ancho y 1,75 metros de alto. Esto implica que hay mucho espacio en su interior, lo que redunda en mucha comodidad a la hora de habitarlo.
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El frontal es la principal pieza que le hace muy reconocible gracias al Dynamic Shield. La parrilla y el logo de diamantes, atravesado por tres líneas horizontales, están enmarcados por el rasgo más llamativo de esta parte: la firma lumínica. Se divide en dos bloques: uno superior, afilado, y otro inferior, más cuadrado. Ambos son Full LED adaptativos, mientras que los intermitentes secuenciales contienen 21 ledes.
En su lateral musculoso llaman la atención las llantas de 20 pulgadas (en este acabado) y, sobre todo, el prominente pilar trasero denominado ‘Jet Tail Fin’. En la zaga destaca el hexágono formado por las dos líneas que enmarcan los pilotos y el logo, todo inspirado en el portón trasero del Mitsubishi Montero.
Interior: confort y tecnología al máximo nivel
Al entrar al habitáculo del Kaiteki+, se aprecia una mejora muy notable respecto a versiones más accesibles. Y eso que no es la versión más alta de la gama (lo es la First Edition) pero cuenta con tapicería de cuero natural, asientos delanteros calefactables (también los traseros y el volante) y ventilables, Head-Up Display, arranque sin llave o climatizador trizona entre otros que, junto con la cámara 360° (Multi Around Monitor) y el portón trasero eléctrico con sensor de pie, hacen que la usabilidad diaria esté muy cuidada.
Pero lo mejor es el espacio disponible, que es de serie también. Esto forma parte de su confort, casi a partes iguales con su silencio de marcha, de lo mejorcito del mercado en relación al tamaño exterior del vehículo.
Detrás del volante multifunción revestido en piel, se ubica el cuadro de instrumentos personalizable de 12,3 pulgadas, alta resolución, digital y con calidad TFT. Del mismo tamaño es la pantalla central Smartphone Link Display, que ofrece un acceso rápido a la información relevante para el conductor.
Por cierto, el maletero no está mal, aunque para el tamaño del coche, no es una oda al espacio (la culpa es de la batería): 490 litros que se pueden convertir en más de 1.400 si se abaten los asientos traseros.
Más de 300 CV
La única configuración mecánica del Outlander PHEV se trata de un esquema híbrido enchufable compuesto por un bloque térmico de 2,4 litros y 136 CV y un par de motores eléctricos (85 kW, es decir, 116 CV el delantero) y 100 kW (136 CV) el trasero. Su potencia total combinada: 306 CV.
Esto le lleva a poder mover sus 2,2 toneladas con relativa agilidad: homologa una aceleración de 0 a 100 km/h en 7,9 segundos y una velocidad máxima de 170 km/h, unas cifras, sobre todo la primera, que desfallecen bastante si la energía eléctrica se termina.
La batería tiene una capacidad total de 22,7 kWh y ofrece una autonomía eléctrica de hasta 86 kilómetros. Algo, la verdad, muy realista si se circula con calma. Aunque más que su autonomía, lo que más llama la atención es la facilidad con la que recupera energía, mucho más que alguno de sus congéneres. Eso sí, si se deja que llegue a cero entonces la recuperación es prácticamente imposible hasta que se enchufe.
Y si se acaba, también se acaba su parco consumo, pudiendo llegar a ver cifras cercanas a los dos dígitos cada 100 kilómetros.
Hablando de su carga, para hacerlo en corriente continua cuenta con un conector de tipo CHAdeMO ya difícil de encontrar en los cargadores en España, lo cual casi imposibilita la carga rápida. En alterna sólo carga a 3,6 kW, con lo que tardará algo más de seis horas en completarse.
Para mantener esa energía existe el modo ‘ahorro’, que prioriza la conservación del nivel de carga. A este se le suman otros tres: normal (optimiza la transmisión híbrida/eléctrica), eléctrico y carga (fuerza la recarga de la batería).
En marcha el tópico: silencio, se rueda
Y adquiere especial relevancia al no tratarse de un eléctrico puro, sino llevar también un motor de gasolina. Su cuatro cilindros es una maravilla de la ingeniería prácticamente exenta de ruido y de vibraciones, por lo menos en el interior del Outlander.
La marca japonesa emplea un sistema híbrido en el que las ruedas delanteras las pueden mover el motor de gasolina, el eléctrico o ambos; las ruedas traseras, siempre son accionadas por el segundo motor eléctrico que va alojado en ese eje. Total, este ingenio mecánico redunda en ese superlativo confort de marcha general en el que las transiciones entre modos eléctrico, híbrido o de recarga se perciben de forma muy suave.
Y cuando se pone a prueba en autopista o con carga, la respuesta se mantiene solvente gracias al sistema de tracción total S-AWC que distribuye bien la potencia y da una sensación de seguridad y control alta en curvas de amplio radio, subidas exigentes o firmes resbaladizos.
Otra cosa son las inercias que mueve esta carrocería de más de dos toneladas, que no se ven ayudadas por una suspensión orientada al confort o una altura de 1,75 metros. Por eso se siente más cómodo manteniendo cruceros en vías rápidas que circulando por carreteras ratoneras.
Precio de SUV premium
El acabado Kaiteki+ se sitúa en lo alto de la gama del Mitsubishi Outlander PHEV, con un precio de lista sin descuentos de 60.650 euros. Si se aplican los 5.000 euros de ayuda del Plan Moves III y el descuento comercial actual, este precio baja hasta los 51.500 euros.
Y si se opta por el acabado Motion, el de acceso a la gama, se puede tener uno de los SUV híbridos enchufables más eficientes y sobre todo más cómodos del mercado, por 43.300 euros, un precio para pensárselo y que justifica con creces todo lo que ofrece a cambio.
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Periodista especializado en motor desde hace más de 20 años, ha trabajado en diferentes gabinetes de prensa (Federación Española de Automovilismo o Circuito del Jarama) y medios especializados (Motor 16, Marca Motor o Auto Bild). Apasionado de coches, motos y, ahora también, de los cacharros con alas.
