La industria del motor se ha puesto de acuerdo para reeditar, poco más de una década después, la Santísima Trinidad de la automoción. El trío original nacido en 2013 estaba formado por los Porsche 918 Spyder, McLaren P1 y Ferrari LaFerrari. Del sucesor del primero todavía no hay información, el del segundo, el McLaren W1, vio la luz hace unas semanas y ahora le toca el turno al italiano, el Ferrari F80.
La firma del Cavallino Rampante ha vuelto a una denominación mítica, la ‘F’ seguida de un número de dos dígitos. Tras los F40 y F50, la firma abandonó la nomenclatura con el Enzo y el LaFerrari, pero dado que a éstos les hubiera correspondido el nombre de F60 y F70, respectivamente, el nuevo hiperdeportivo sigue con la numeración.
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Tiene una longitud de 4,84 metros, una anchura de 2,06 metros y una altura de 1,13 metros; así como una distancia entre ejes de 2,66 metros. Su peso en seco es de 1.525 kilos y está repartido al 42,2 – 57,8% entre el eje delantero y el trasero.
Estrena un nuevo lenguaje de diseño para Ferrari que sorprende por el uso de unas formas más rectas y geométricas de lo que es habitual en la firma. Destaca por sus proporciones, siendo muy ancho y bajo para la longitud que tiene, impresión que refuerzan las amplias entradas de aire del paragolpes, la moldura negra que une los voluminosos grupos ópticos, el gran alerón trasero y los finos pilotos posteriores.
Calza llantas de 20 pulgadas en el eje delantero y de 21 en el trasero. Otro detalle llamativo es que las puertas se abren a casi 90 grados de manera vertical sobre la carrocería.
El interior es biplaza, pero da más protagonismo al conductor, cuyo asiento está ligeramente más adelantado que el del acompañante, que presenta un acabado, color y formato diferentes.
El volante está completamente achatado y tiene unas dimensiones muy compactas para facilitar el manejo, se prescinde de la pantalla central y toda la información se muestra en el cuadro de instrumentos digital. Cuenta con controles analógicos y en la consola central dispone de un centro de mando para activar funciones como la climatización.
Mecánica híbrida
En pleno 2024, viendo los derroteros de la industria, se esperaba que la marca optara por la electrificación para dar vida al nuevo integrante de su dinastía de hiperdeportivos y así ha sido.
Emplea un sistema de propulsión híbrido, que tiene como elemento central un motor gasolina 3.0 V6 que desarrolla 900 CV y 850 Nm de par máximo y que mueve las ruedas traseras. A éste se añaden otros tres bloques eléctricos, uno de 82 CV asociado al cigüeñal y otros dos, de 142 CV y 121 Nm cada uno, en el eje delantero. Como consecuencia, en conjunto desarrolla 1.200 CV, que se encarga de gestionar una caja de cambios F1 de doble embrague y ocho velocidades.
El resultado son unas prestaciones espectaculares, necesitando solo 2,15 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h, 5,75 segundos para alcanzar los 200 km/h desde parado y marcando una velocidad máxima de 350 km/h.
Su apartado técnico es sobresaliente en todos los aspectos: suspensión Multimatic, equipo de frenos de alto rendimiento con discos delanteros de 408 milímetros mordidos por pinzas de seis pistones y traseros de 390 milímetros con pinzas de cuatro pistones, asistentes electrónicos de todo tipo (TC, eDiff, SCM, PCV 3.0, FDE 2.0, EPS y ABS-Evo) y un trabajo aerodinámico sacado de la competición.
En consecuencia, solo necesita 28 metros para pararse por completo desde los 100 km/h, así como 98 metros si la frenada se produce circulando a 200 km/h. Además, circulando a 250 km/h es capaz de generar una carga aerodinámica de 1.050 kilos.
El Ferrari F80 será un modelo muy exclusivo del que solo se fabricarán 799 unidades. Su producción comenzará en 2025 y tardará dos años en completarse. Cada ejemplar tiene un precio de 3,6 millones de euros.
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