Rizar el rizo, o como hacer una versión más deportiva de un auténtico deportivo. Esta es la idea que subyace bajo las versiones GT3 del Porsche 911. Pero el mítico deportivo alemán ofrece variantes para todos los gustos, todas potentes, pero con distintos enfoques. Las de acceso permiten utilizar el coche a diario e incluso viajar con consumos razonables, las Turbo se centran en la máxima potencia y prestaciones, y las GT, como esta nueva GT3, en la ligereza, el paso por curva y, en definitiva, en la mayor eficacia dinámica posible en circuito.
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Se trata de la séptima generación de esta variante del modelo de Porsche, que ha apostado por una fórmula que siempre da buen resultado: aumentar la potencia y rebajar el peso. No es el 911 más potente, ni tampoco el más rápido en línea recta (esos dos méritos se los lleva el Turbo), pero sí es el más eficaz en circuito, el que ofrece mayor agarre en curva y el que permite sentir más de cerca la conexión del coche con el asfalto, y la esencia de la conducción deportiva.
Mantiene el mismo motor bóxer 4.0 de seis cilindros, que desarrolla 510 CV (10 más que su predecesor) y 470 Nm de par máximo (10 Nm más), pudiendo combinarse bien con una caja de cambios manual de seis velocidades, bien con una automática PDK de siete, siempre con tracción trasera. Este eje, por cierto, ahora es direccional, lo que mejora tanto la agilidad en el paso por curva como la estabilidad del modelo, afinando aun más su comportamiento.
Con este motor, el nuevo 911 GT3 se sitúa como la única versión de la actual gama 911 que lleva un propulsor atmosférico, sin turbo, que aporta una entrega de potencia más lineal y progresiva y también sube más de revoluciones, hasta 8.400 vueltas, un valor muy elevado para un coche de calle (mejores deportivos incluidos) y que aporta además un sonido más estimulante.
Aparte del aumento de potencia, el 911 GT3 lleva un equipo aerodinámico especial que incrementa la adherencia, gracias a su gran alerón trasero. Y completa sus mayores capacidades dinámicas con una nueva suspensión delantera, de paralelogramo deformable en lugar de McPherson, que es diferente a la del resto de la gama y mejora la pisada del eje delantero, su direccionalidad y la capacidad que tiene el coche de entrar en las curvas y mantener el apoyo una vez dentro del viraje.
De manera paralela, también ha sufrido una dieta de adelgazamiento que le ha permitido mantener un peso similar al de su predecesor (1.418 kg el manual, 1.435 kg el automático) pese al aumento de tamaño. Esto se debe a la estructura de acero y aluminio combinada con CRFP (plástico reforzado con fibra de carbono), material presente también en el capó y el alerón trasero; a la batería, 10 kilos más ligera, a los frenos, un 17% más livianos pese a que los discos delanteros han crecido de 380 a 408 milímetros, y al sistema de escape, entre otros factores.
Gracias a todo ello, es capaz de pasar de 0 a 100 km/h en 3,4 segundos (3,9 con el cambio manual) y de alcanzar los 200 km/h en 10,8 segundos. Su consumo medio es de 13,3 litros cada 100 kilómetros con el cambio manual y de 12,4 con el PDK. Y la velocidad máxima llega a 318 km/h con caja PDK y a 320 km/h con la manual.
Además, de manera opcional pero sin coste alguno, el 911 GT3 puede incorporar el paquete Clubsport pensado para los que quieran hacer un uso enfocado al circuito, ya que instala jaula antivuelco, un arnés de seis puntos para el conductor, un extintor de mano y un interruptor para desconectar la batería.
Por último, como es habitual con ciertos modelos, la marca alemana lanza un reloj exclusivo para los compradores del deportivo, del que toma ciertos elementos como el titanio del que está hecho, el rotor de cuerda inspirado por las llantas del modelo y la posibilidad de personalizar el anillo exterior con el mismo color que el de la carrocería de éste.
La vara de medir de Nürburgring
La mayoría de marcas utilizan el circuito de Nürburgring como banco de pruebas, pero en modelos de corte deportivo como éste, el tiempo que marcan en el ‘infierno verde’ es todavía más importante. El 911 GT3, con los neumáticos opcionales Michelin Pilot Sport Cup 2 R, que son casi gomas de competición, y con Lars Kern al volante, consiguió marcar un crono de 6:59.927 en el trazado de 20,8 kilómetros, así como 6:55.2 minutes en el recorrido de 20,6 km que tradicionalmente se empleaba como vara de medir. Este tiempo ha mejorado en 17 segundos el establecido por su predecesor.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.